Este síndrome se produce en los
gemelos univitelinos que comparten placenta. Para que los embriones puedan
desarrollarse y alimentarse bien necesita cada uno su propia corriente sanguínea,
que les dará oxígeno y alimento. Cada cordón umbilical del embrión va a parar a
la misma placenta y pueden darse conexiones entre las arterias y venas de un
embrión con el otro.
Esta situación es muy peligrosa
para los embriones. Un embrión (le llamaremos embrión donante) bombea sangre a
la placenta del otro y él no tiene suficiente sangre, no le llega alimento y
por este motivo no crece lo que debería crecer. También orina muy poco y no
tiene mucho líquido amniótico.
El embrión receptor, en cambio,
tiene mucha sangre y como consecuencia de ello crece y orina mucho, por lo que
tiene más líquido amniótico. Estos dos embriones que sufren este síndrome
pueden llegar a morir, uno por falta de sangre (y también de oxígeno) y el otro
que tiene demasiada sangre puede morir por problemas cardíacos ya que su
corazón tiene que trabajar más.
También puede haber conexiones a
sus sistemas circulatorios. Pueden ser entre arteria y vena y conexiones entre arterias.
Es más peligrosa una conexión entre una arteria y una vena. La conexión entre
arterias se regula porque pueden ir en ambas direcciones (del donante al
receptor y del receptor al donante) y se compensa y eso hace que esta no sea
tan peligrosa como la conexión de arteria a vena.
En general suele haber alguna
conexión entre vasos sanguíneos de ambos embriones, y normalmente estas
conexiones no llevan demasiados problemas, en cambio sí que existen casos en
los que la vida de los embriones corre peligro.