Relacion entre personal de enfermeria y paciente


Entendemos "relación personal sanitario-paciente" al conjunto complejo de pautas, actitudes y comportamientos sociales, establecidos durante los encuentros clínicos. Esta relación denota como el personal paciente abordan un paciente.

Según González la define como una relación interpersonal, donde se reflejan
connotaciones éticas, filosóficas y sociológicas de tipo profesional que servirán de
base para gestionar la salud. La relación personal sanitario-paciente puede ser clasificada de distintas maneras, pero la más utilizada es aquella que establece tres enfoques diferentes según el tipo de relación:

- La relación afectiva pasiva, establecida en enfermos en estado de coma o en una
situación que no les permite establecer una relación más participativa;

- La relación cooperativa guiada, dada en pacientes que pueden cooperar en su
diagnóstico y tratamiento;

- La relación de participación mutua, que contempla no sólo el tratamiento, sino la
discusión frontal de situaciones, así como las actitudes relacionadas con la causa y la evolución de la enfermedad.

En todo caso, se trata de una relación valorada, tradicionalmente, como un pilar esencial del ejercicio sanitario.[1]

Algunos autores lo han considerado como el modo en que interaccionan el
profesional y el paciente o su familia, el trato que existe entre ambos. La génesis de la relación en el contexto clínico tiene como finalidad conseguir una relación
terapéutica y de alivio al paciente, es decir, convertirse en una función central para el ejercicio de la medicina.

Que los pacientes se sientan atendidos y comprendidos, que tengan la impresión
que entienden lo que les está pasando y que su médico, a la vez, también sepa lo que debe hacer: la mayor parte de las veces, el enfermo y los familiares decidan seguir sus consejos, depende más de la relación que ya han establecido y de la confianza que han depositado, que los conocimientos realmente utilizados por el profesional.[2]

Casi el 100% de los pacientes desean que sus médicos les apoyen, los escuchen y les expliquen con claridad cuál es la situación; esperan una atención personalizada y fácil de conseguir.



[1] 1Sego. 2007. Documento de consenso asistencia al parto.
Ulanowicz M, Parra K, Wendler E, Monzón L. (2006) Riesgos en el embarazo adolescente. Revista de Postgrado de la VI Cátedra de Medicina.
3ambrano G, Gayon G, Mojica D, Cañizares Y. (2008) Programa de atención integral a la población adolescente. Revista y Ciencia del Cuidado.
[2] Bayés R. (2001). El duelo. En: Bayés R. Psicología del sufrimiento y la muerte. (pp. 174‐192). Barcelona: Martínez Roca