Perdida del ser querido


La pérdida de un objeto precioso ó de un trabajo valioso (pérdida simbólica) coloca a todo ser humano en un estado de vulnerabilidad. De todos modos, está demostrado que la pérdida de un ser querido (pérdida física) podría ser la experiencia humana, más cruel a vivir. La muerte de un ser querido provoca vivas reacciones emocionales en los que sobreviven.

Estas reacciones son de diferentes tipos (tristeza, cólera, y en los diferentes miembros de la familia. Estas reacciones por la pérdida de un ser querido están estrechamente ligadas con el difunto y con el apoyo recibido durante el desenlace de la experiencia de la pérdida.

El enfermo ha perdido, entre otras cosas, la salud, su autonomía, sus roles sociales, sexual y familiar, su nivel social y financiero, mientras que la familia ha perdido entre otras cosas, su intimidad, su seguridad, su funcionamiento asociado a su salud y de su espíritu de revivir el mismo equilibrio familiar de antes de la enfermedad. El significado de todas las pérdidas puede ser diferente para cada miembro de la familia.
Cada miembro de la familia deberá sentirse apoyado por su familia si él considera que su pena es respetada y que él puede expresar libremente lo que la pérdida representa para él.

Las pérdidas secundarias, es decir, aquellas asociadas a la muerte del ser querido, aquellas como la obligación de renunciar a su trabajo ó en su vida social por cuidar del enfermo, ó para que disminuyan sus ingresos económicos, son pérdidas que drenan la energía de la familia, en particular, si son "analizadas de banal" por el entorno o los profesionales de la salud ó las pérdidas no reconocidas, es decir, aquellas que no nos son permitidas de pronunciar, que comportan la obligación de cambiar sus costumbres de sueño ó de falta de atracción sexual por ser amado, debiendo considerarse también en el análisis de la dinámica familiar.