Así como en el enfermo tuberculoso existen gérmenes de crecimiento activo,
de crecimiento intermitente / lento y de crecimiento lento, el infectado
alberga los de crecimiento intermitente / lento y los de crecimiento lento que,
en ocasiones, por reactivación de su metabolismo pueden dar lugar al desarrollo
de la enfermedad tuberculosa si no son controlados por el organismo.
Desde que se comprobó que con el uso de la I y la Z se acortaba la duración
del tratamiento del enfermo, por la
acción especial de estas drogas sobre la población bacilar de crecimiento
intermitente / lento (R, que también actúa sobre la población de crecimiento
activo) y de crecimiento lento (Z), se estableció la hipótesis de que, si en
lugar de la H, se empleara la I y la Z para el tratamiento de la infección
tuberculosa latente se podría acortar su duración. (19)
En el laboratorio se estudió un modelo animal de infección tuberculosa
latente (obtenido después de la administración en primer lugar de BCG y después
de MT). con estos animales se formaron tres grupos y cada uno de ellos se
trató, uno con H, otro con R, y otro con R y Z. En todos los tratados con R y
Z, los cultivos tisulares para el MT resultaron negativos a los 2 meses de
tratamiento, lo que también se observó a los 4 meses en los tratados con R,
pero a los 6 meses aún no se había negativizado los cultivos de todos los que
fueron tratados con H. (9)
En los no infectados por el VIH con infección tuberculosa latente, se han realizado ensayos clínicos controlados y comparativos de QPS con la pauta compuesta de R y Z diaria durante 2 meses, de I diaria durante 4 meses y con la de H de 6 meses, pero el número de personas estudiadas no ha sido elevado, (19)
En infectados por el VIH con infección tuberculosa latente, además de
haberse realizado con buenos resultados estudios comparativos de la pauta de 2
meses con R y Z y la de H de 6 meses, también se ha hecho un importante estudio
en el que se comparaba la pauta de 2 meses con R y Z con la de H de 12 meses.
Este estudio 43, con un elevado número de participantes, ha permitido concluir
que ambos tratamientos son de eficacia y tolerabilidad similar en infectados
por el VIH con infección tuberculosa.
Se recomienda, como de elección, la pauta de 2 meses con R y Z para la QPS
los VIH-positivos con infección tuberculosa. Esta pauta corta de R y Z, pero en
régimen bisemanal, también se ha ensayado en VIH-positivos con infección
tuberculosa latente con resultados aceptables.
Dados los buenos resultados obtenidos con 2 meses de R y Z en infectados por el VIH con infección tuberculosa latente, en el que ha demostrado una capacidad de actuación sobre la población micobacteriana igual que la del H durante 12 meses, se estima que no hay razones para esperar lo contrario en no infectados por el VIH pero son necesarios más estudios al respecto, en especial para conocer su aceptación y tolerabilidad.
Por tanto, las pautas cortas de QPS con R y Z, y también la pauta con R, se
han recomendado en no infectados por el VIH como una alternativa aceptable de
la pauta de H de 9 meses, especialmente la pauta de R y Z si hay intolerancia a
la H o cuando se sospeche que el MT responsable de la infección sea resistente
al H. Por las mismas razones, intolerancia o resistencia a la H, si además hay
intolerancia a la Z se puede utilizar la pauta de R.