La QPS impide que el infectado desarrolle la enfermedad tuberculosa, pero
no todos los infectados tienen el mismo riesgo de enfermar, ni este riesgo se
mantiene al mismo nivel al largo de la vida del infectado. (2)
El riesgo del infectado de padecer la enfermedad está en relación inversa
al tiempo transcurrido desde la infección, a menos tiempo transcurrido mayor
riesgo de enfermar, que es máximo en los 5 años después de la infección y sobre
todo en los dos primeros. por este motivo los infectados menores de 4 años
tienen más riesgo y también por el incompleto desarrollo de sus mecanismos
defensivos. Con el transcurso del tiempo el riesgo disminuye pero persiste de
por vida, y se puede incrementar cuando por diversas razones se afecta el
sistema inmunitario del infectado, la más potente es la infección por el VIH.
(19)
En cuanto a la oportunidad de la recomendación de QPS, se debe tener en
cuenta el grado de control de la endemia tuberculosa, que se basa en la
incidencia de morbilidad tuberculosa y el nivel que se alcanza en la curación
de los enfermos.
Cuando la morbilidad es elevada y no se consiguen niveles óptimos de
curación, se debe priorizar de forma absoluta el tratamiento curativo, sin
desvío significativo de recursos para otras actividades de control. Pero si la
incidencia de morbilidad no es elevada, y además va descendiendo y la
proporción de enfermos que cumplen el tratamiento es alta, el tratamiento preventivo
o de la infección tuberculosa va tomando protagonismo, sin desplazarse el
tratamiento curativo de la enfermedad.
El tratamiento de la infección tuberculosa contribuye al control de la
tuberculosis para reduce la futura aparición de enfermos tuberculosos sobre
todo en el caso de los infectados recientes encontrados en los estudios de
contactos de los enfermos tuberculosos contagiantes.