La infección por Mycobacterium tuberculosis afecta actualmente a un tercio de la humanidad, es decir, a 2.000milions de personas. Esto supone un reservorio tan importante de bacilo que hace difícil controlar la enfermedad. La morbi-mortalidad se estima en 8.000.000 de casos nuevos de enfermedad cada año y 2.000.000 de personas fallecidas a consecuencia de la malaltia. En países con un elevada incidencia de tuberculosis (TB) la estrategia de control de la enfermedad es la detección de los enfermos, especialmente los que pueden infectar a otras personas, es decir, los pacientes bacilíferos, y garantizar su tratamiento mediante estrategias como el tratamiento directamente supervisado a corto plazo o DOTS (directly Observed Treatment Short-curse ).

Desde los años 60 se ha impulsado el tratamiento de las personas infectadas, que sufren una tuberculosis latente, en países con recursos suficientes para intentar reducir el reservorio de bacilos y disminuir el riesgo de reactivaciones y casos de la malaltia. Esta estrategia tiene la el inconveniente de que requiere un periodo largo, de 9 meses, de administración de isoniazida, lo que dificulta mucho la adherencia al tratamiento, en unas personas que a pesar de tener una infección, no tienen sintomatología. El Comité para la Erradicación de la Tuberculosis en los Estados Unidos ya recomendaba en 1998 la necesidad de poder obtener una vacuna terapéutica contra la infección por Mycobacterium tuberculosis.
Se ha postulado la aparición de una forma bacilar después de la infección por M. tuberculosis, con una actividad metabólica muy disminuida y que se mantiene quiescente a las lesiones antiguas, con capacidad de reactivación endógena en TB activa,  ha llamado "bacilo latente" y se considera que es capaz de sobrevivir a los macrófagos activados. Sólo se puede detectar su presencia a través de métodos inmunológicos indirectos, como el test cutáneo de la tuberculina (TST) y el TIGRA (T-cell interferón-gamma release assay). En individuos con conversión del TST que se tratan con isoniazida durante 9 meses, se observa un descenso de la incidencia de TB del 90%.

La tuberculosis es una enfermedad infecciosa producida por el bacilo de Koch (Mycobacterium tuberculosis), que se transmite a través del aire por medio de la tos y los estornudar. El síntomas pueden variar, pero es frecuente tener febrícula vespertina, cansancio, sudoración nocturna y pérdida de peso o anorexia.

La mejor estrategia para prevenir la enfermedad es el diagnóstico precoz y empezar a recibir el tratamiento lo antes posible y completarlo, lo que permite romper la cadena de transmisión y evitar los contagios. Las personas con una infección tuberculosa latente con más riesgo de sufrir finalmente la tuberculosis son las que han estado en contacto con enfermos, las inmunodeprimidas, las diabéticas, las que padecen una insuficiencia renal grave, las que han recibido un trasplante, las que siguen determinados tratamientos para el cáncer o para enfermedades inflamatorias y también las fumadoras.

El Micobacteruim se compone de bacilos delgado, compuesto por una pared celular compuesta de N acetil muraminica y lípidos, siendo por tanto, altamente resistente a la coloración tipo Gram

La bacteria Mycobacterium tuberculosis, causante de la tuberculosis, afecta únicamente a la especie humana. Uno de los tratamientos más habituales y eficaces hasta la fecha contra esta infección es el fármaco isoniazida. Aunque su mecanismo de actuación no se conoce exactamente, se sabe que está intervenido por la propia bacteria que transforma la isoniazida en el principio activo que impide la viabilidad de la bacteria. Por decirlo así, el fármaco sólo se activa cuando entra en contacto con la bacteria

De este modo para diagnosticar la tuberculosis se realizar una correlación entre síntomas y las pruebas microbiológicas del laboratorio que consisten en las siguientes etapas sucesivas:

Demostración del BAAR en preparaciones teñidas con Ziehl Neelsen o coloración de kinyoun
Aislamiento en cultivo en medio de lowestein Jensen o Ogawa Kudoh

Identificación de la cepa con pruebas bioquímicas tradicionales