En función del motivo y del momento en que se produce la
pérdida de masa ósea asociada a la osteoporosis, podemos clasificar esta última
en:
Osteoporosis primaria: La osteoporosis primaria, a la que nos referimos cuando no especificamos nada más, es el tipo de osteoporosis más frecuente. Aunque forman parte de un solo proceso y que no se dan de manera totalmente separada, a nivel clínico podemos distinguir dos subtipos de osteoporosis primaria:
Osteoporosis primaria de tipo I o postmenopáusica Se presenta en las mujeres durante los cinco primeros años después de la menopausia. Aparece como consecuencia de la bajada de los niveles de estrógenos y conlleva un aumento del remodelado óseo favoreciendo la resorción, sobre todo del hueso trabecular. Es una pérdida de hueso rápida y la fractura más común es la de vértebras.
Osteoporosis
primaria de tipo II o senil. Se presenta tanto en hombres como en mujeres y es debida a los cambios
hormonales y metabólicos que se producen con la edad. Entre estos cambios cabe
destacar la disminución de estrógenos (lenta en los hombres) y el aumento de la PTH. Esta
hormona incrementa para compensar la disminución tanto de la reabsorción del calcio renal como de la
absorción de calcio en el intestino debida a la edad. La osteoporosis de tipo II cursa con una
disminución lenta del tejido óseo trabecular y cortical. La fractura más común es la
de cadera.
Osteoporosis
secundaria: La
osteoporosis secundaria es causada por enfermedades endocrinas, reumáticas,
hematológicas o hepáticas
como por ejemplo la artritis reumatoiode, la diabetes de tipo I, estados que
bloquean la absorción intestinal del calcio, la anorexia nerviosa o del
hiperparatiroidismo. También puede ser causada por la administración de algunos fármacos como los
glucocorticoides y por estadios prolongados de reposo. (HILLSDONM 2008)