La relación entre estos dos factores se puede mirar desde
dos vertientes diferentes. Por un lado se observa que el hecho de realizar una práctica continuada-puede ser más específica o más global-reporta beneficios a la
función cognitiva. Por otro lado, también se puede considerar, observar y evaluar la
respuesta de las personas con déficits cognitivos en las propuestas de
actividad y ejercicio físicos, y los efectos que tienen en su comportamiento.
En este punto, las mejoras y los beneficios obtenidos son similares-por no
decir iguales-a los mencionados en los puntos anteriores.
Volviendo
a la primera perspectiva, hay varios estudios y autores que refuerzan la idea
de que llevar una vida físicamente activa y el hecho de mantener una práctica regular
de ejercicio benefician en la función cognitiva y de ésta, las funciones ejecutivas,
que son las que mejoran de una manera más clara.
Mediante
una intervención de grupo basada en el trabajo de la memoria a través del
movimiento, también se observan mejoras en los aspectos cognitivos de las
personas que participan. Del mismo modo, parece que la práctica regular se
asocia y contribuye:
- A un retraso en el inicio de la demencia
- En la ralentización en la progresión de síntomas que
están relacionados
- Al mejor mantenimiento de la función cognitiva en las personas con demencia tipo Alzheimer (DTA).
- Al mejor mantenimiento de la función cognitiva en las personas con demencia tipo Alzheimer (DTA).
Y se identifica como un factor protector del declive
cognitivo y la demencia en las personas mayores. Si ponemos la atención en los efectos de la actividad física
en las personas con deterioro cognitivo,
también se observan mejoras a diferentes niveles:
- Conducta: porque, conjuntamente con otras medidas, contribuyen a disminuir o prevenir problemas.
- Funcionalidad física: ya que también mejoran aspectos
como la forma y la función físicas o la movilidad.
Sin embargo, la mayoría de los autores también coinciden
en que se necesitan más estudios para poder resaltar con mayor contundencia los
efectos positivos de la actividad física en las capacidades cognitivas de las
personas mayores, tanto por las que las mantienen preservadas, como por las que
no.