En este apartado queremos recoger aquellas variables que se asocian o predisponen al desarrollo de un trastorno psicológico como es la depresión. Hacemos referencia a los factores de riesgo tanto del propio niño como de su entorno. El número de factores de riesgo que se presentan, pueden ser más relevantes a la hora de desarrollar trastornos, que la combinación entre ellos. Los que comprometen más a la calidad de relación con los padres, los estresores psicosociales y médicos son los que se asocian más a la psicopatología. (Earls F, 1982) (Zeanah, Boris, Scheeringa, 1997)
La depresión entre los tres y seis años, generalmente, afecta a poblaciones de alto riesgo como: niños con retraso del desarrollo, niños con alteraciones del lenguaje y carencias afectivas, hijos de padres deprimidos, niños con temperamento difícil, afectados por una enfermedad crónica o hospitalizados, víctimas de maltrato o abuso, hijos de padres con enfermedad psiquiátrica y en niños que han perdido uno o ambos padres o conviven en familias desestructuradas, (Domènech, 1999) o cuando la madrevive sola o separada (Lavigne et al, 1996). Otros signos de alarma se relacionan básicamente con la vinculación afectiva con la madre, la capacidad de iniciativa de el niño y las quejas somáticas. (Domènech, 1993)
Parece ser que la vinculación madre-hijo es muy determinante en la evolución de psicopatologías, al igual que los antecedentes familiares de depresión y ansiedad. En concreto, la depresión materna y el número de episodios de depresión de los padres son los que tienen mayor peso. Por el contrario un vínculo seguro niño-madre, mujer mayor seguridad al niño para cuidar de sí mismo y ser más competente (Crittenden, 1992). Todos estos y otros factores asociados aumentan el riesgo a desarrollar psicopatologías. (Méndez, 1998; Domènech, 1999, 1993; Cummings y Davis, 1994; Scheteingart, Molnar, Klein, Lowe et al. 1995; Shaw et al. 1997).
Además de estos factores, hay estudios que destacan un aumento de la psicopatología en los últimos años, apuntando a un efecto ambiental (Prosser y McArdle, 1996). Estos autores observan una incidencia más alta de depresión mayor, suicidio, abuso de sustancias y trastorno de conducta en adolescentes en especial del sexo masculino. Este aumento de casos no se observa en edad preescolar, ya sea por la falta de criterios e instrumentos adecuados para esta edad, o porque la mayoría de estudios tienen por objetivo los trastornos de conducta. Los factores de riesgo a desarrollar depresión, se pueden agrupar en dos categorías. El primer grupo hace referencia a las características personales del niño y el segundo a las variables relacionadas al entorno donde vive el niño.
FUENTE:
ESTUDIO EPIDEMIOLÓGICO DE LA DEPRESIÓN MAYOR
EN NIÑOS DE 3-6 AÑOS. Ester Plan y Colomer. 2003