Trasplante de progenitores hematopoyéticos

El trasplante de progenitores hematopoyéticos se considera como un procedimiento médico altamente agresivo que supone un gran número de estreses tanto a nivel físico como psíquico (40-45): la gravedad de la propia enfermedad de base, los efectos secundarios severos relacionados con la quimioterapia intensiva y / o irradiación corporal total, el uso de procedimientos médicos invasivos, las múltiples complicaciones médicas (Infecciones frecuentes, hemorragias, anemia importante ...), la situación de aislamiento dentro de la cámara estéril, la fase de espera de la recuperación hematológica, cambios en la autoimagen y sin duda el riesgo de muerte asociado al procedimiento en sí mismo (0% -36% según las muestras).
 
Este tipo de trasplante está hoy en día instaurándose como una parte más del tratamiento oncológico convencional. Actualmente más de 580 centros en Europa están llevando a cabo más de 21.000 trasplantes por año. Aunque el trasplante es capaz de curar una variedad importante de enfermedades, el procedimiento sigue aún asociado con una morbilidad y mortalidad significativa. Los candidatos a recibir el trasplante de progenitores hematopoyéticos son los pacientes con enfermedades malignas o no malignas que no responden a tratamiento convencional o cuando se supone una falta de respuesta. Las indicaciones clásicas del trasplante son las leucemias agudas, la leucemia mieloide crónica, la anemia aplásica y algunas enfermedades congénitas (inmunodeficiencias).
 
En los últimos años, las indicaciones se han ampliado a otras enfermedades como los linfomas, la enfermedad de Hodgkin, el mieloma múltiple y ciertos tumores sólidos. Para la curación de determinadas enfermedades de la sangre o determinados cánceres es preciso erradicar todas las células anormales existentes (Cancerosas o malfuncionants) mediante la administración de dosis elevadas de quimioterapia con o sin radioterapia (acondicionamiento del trasplante). Sin embargo, este tratamiento elimina no sólo las células anómalas sino también las células madre sanas de la médula ósea, situación incompatible con la vida del individuo. Por restaurar la función después de la quimioterapia se administran en paciente células madre capaces de regenerar una médula ósea sana.
 
Este procedimiento recibe el nombre de trasplante de médula ósea o de progenitores hematopoyéticos. Históricamente la fuente de células madre o progenitores hematopoyéticos ha sido la médula ósea, por eso se utiliza el término de "trasplante de médula ósea". Sin embargo, en los últimos años, se están empleando otras fuentes de células madre diferentes a la médula ósea (de sangre periférica o de cordón umbilical), por lo que se prefiere el término "trasplante de progenitores hemopoyéticos "que incluye todos los tipos de trasplantes.
 
El trasplante se puede hacer con células de donante (trasplante alogénico) o con células del propio enfermo (trasplante autogénico) previamente extraídas, tratadas y vueltas a inyectar posteriormente. El trasplante alogénico ofrece muchas posibilidades de curación para diversas enfermedades de la sangre. Sin embargo, es también un procedimiento complejo que asocia frecuentemente a complicaciones que pueden comprometer la vida del paciente. El trasplante autogénico no se trata de un verdadero trasplante ya que las células madre proceden del propio paciente. Estas se obtienen cuando el paciente ha respondido al tratamiento de su enfermedad y previamente al tratamiento de acondicionamiento del trasplante. Este es un procedimiento más sencillo que el trasplante alogénico y con menos complicaciones, aunque en determinadas enfermedades la probabilidad de curación esinferior. Por otra parte, es el único tipo de trasplante disponible para a aquellos pacientes que no disponen de donante compatible.
 
FUENTE:
La Depresión en Pacientes con Neoplasia hematológica. Jesús Martí Prieto i Vives. Universidad de Barcelona