Los signos de alarma que debemos considerar para diagnosticar la depresión infantil son diferentes según la edad del niño, ahora bien, uno de los signos de alarma que debemos tener presentes a todas las edades es valorar la historia clínica familiar psiquiátrica los padres. Hay evidencia de que hay más probabilidades de que un niño sufra una depresión si uno de los padres ha padecido o padece una depresión.
Podemos agrupar la clínica de acuerdo con el desarrollo psicoevolutivo del / de la niño / a:
Menores de 7 años: el síntoma de presentación más frecuente es la ansiedad. Manifiestan irritabilidad, aislamiento, rabietas frecuentes, llanto inmotivados, quejas somáticas (cefaleas, dolores abdominales), pérdida de interés por el juego habitual, cansancio excesivo o aumento de la actividadmotora y abulia. También puede presentar un fracaso para alcanzar el peso para su edad cronológica, retraso psicomotor o dificultad en el desarrollo emocional.
En niños pequeños, el trastorno depresivo mayor se asocia con frecuencia con los trastornos de ansiedad, las fobias escolares y los trastornos de eliminación (encopresis, enuresis).
Niños de 7 años en edad puberal: los síntomas se manifiestan principalmente en tres esferas:
a. Esfera afectiva y conductual: irritabilidad, aislamiento, agresividad, agitación psicomotriz o apatía, astenia, abulia, anergia, tristeza y sensación frecuente de aburrimiento.
b. Actividad escolar: falta de concentración, disminución del rendimiento escolar, absentismo escolar.
c. Esfera somática: cefaleas, dolor abdominal, trastornos del control de esfínteres, trastornos del sueño (insomnio o hipersomnia), no llegar al peso para su edad cronológica, y disminución o aumento de la hambre.
c. Esfera somática: cefaleas, dolor abdominal, trastornos del control de esfínteres, trastornos del sueño (insomnio o hipersomnia), no llegar al peso para su edad cronológica, y disminución o aumento de la hambre.
Adolescentes: los síntomas son iguales que en edad puberal, se observan más conductas negativas y antisociales, abuso de alcohol y sustancias, irritabilidad, aislamiento, inquietud, mal humor, agresividad, fugas, sentimientos de no ser aceptado, falta de cooperación con la familia, aislamiento, falta de higiene personal, retraimiento social con hipersensibilidad, tristeza y falta de capacidad para experimentar placer.
Diagnóstico diferencialEl estudio de la psicopatología infantil ha mostrado que la comorbilidad es una regla más que una excepción.
FUENTE: Guía farmacoterapéutica de la depresión en niños y adolescentes, GTS Vallès Occidental Este