El episodio depresivo en las personas de edad avanzada no se diferencia esencialmente del que se produce en otras edades. Sin embargo, en la edad geriátrica, el episodio depresivo menudo se presenta de manera enmascarada y tiene unas características específicas que deben tener en cuenta, tanto a la hora de la exploración y la valoración clínicas como en el abordaje terapéutico.
El envejecimiento puede definirse como el conjunto de modificaciones morfológicas, psicológicas, funcionales y bioquímicas que origina el paso del tiempo sobre los seres vivos. En esta etapa se producen una serie de modificaciones que condicionan cambios en la percepción de el entorno y, consecuentemente, en la integridad psíquica. La experiencia emocional predominante de las personas de edad es la pérdida. El duelo por la muerte de la pareja, de amigos, de familiares, de colegas, el cambio del estatus laboral y de prestigio, y la disminución de la salud física y de las actividades.
Estas situaciones tienen un gran impacto emocional y requieren una adaptación a los cambios. vivir solo es uno de los factores de estrés más importantes. La depresión puede ser una respuesta no adaptativa a la pérdida. Además de los síntomas clásicos de depresión, las personas de edad en pueden experimentar otros, tales como, deterioro de la memoria, problemas de concentración, alteración funcional de la capacidad de juicio e irritabilidad. Esto hace que a menudo la depresión en la tercera edad pueda confundirse con la demencia. Se debe evitar infravalorar los síntomas depresivos cuando se dan en el contexto de una enfermedad crónica, dado que la depresión es más prevalente en estos casos. el riesgo de suicidio es especialmente frecuente en la población mayor de 75 años, y es tres veces más frecuente en los hombres que en las mujeres.
FUENTE:
Recomendaciones para la atención a los problemas
de salud mental más frecuentes en la atención primaria de salud. Servicio Catalán
de la Salud.