Depresión por cinnarizina y flunarizina

Muchos medicamentos pueden ser responsables de reacciones adversas psiquiátricas, la depresiónes una. Los fármacos que se han incriminado con más frecuencia como desencadenantes de un cuadrodepresivo son los contraceptivos hormonales, los antihipertensivos, la levodopa, los neurolépticos ylos derivados anfetamínicos.
 
Recientemente la cinnarizina y la flunarizina han sido objeto de atención en este Boletín. En uno de los últimos números recogíamos la sospecha de que ambos fármacos pueden ser responsables de producir sintomatología extrapiramidal, sobre todo temblor y parkinsonismo.
 
La depresión es un nuevo efecto indeseable recientemente identificado de estos dos fármacos. En una de las primeras publicaciones sobre series de pacientes tratados con flunarizina y que sufrían parkinsonismo, ya se recogía esta posibilidad: de 12 enfermos tratados con 10-40 mg al día de flunarizina y que presentaban parkinsonismo, dos presentaron una discinesia tardía orofacial, dos acatisia y en once apreció un cuadro depresivo acompañante.

Este cuadro fue calificado como leve en cuatro pacientes, moderado en seis y grave en uno. En noviembre de 1985 el Boletín Informativo del Centro Belga de Farmacovigilancia publicó una nota sobre posibles cuadros depresivos después de 4 a 6 semanas de haber comenzado un tratamiento con flunarizina. En estos casos la flunarizina era administrada para el tratamiento de patología circulatoria en viejos o para la migraña en mujeres más jóvenes. EIS síntomas desaparecían unas semanas después de dejar el tratamiento; algunos pacientes necesitaron la administración de un antidepresivo.
El mismo año un estudio multicéntrico sobre el tratamiento de la migraña con flunarizina a dosis de 10 mg al dia4 indicaba que de 120 pacientes, 9 presentaron sintomatología depresiva que obligó a suspender su administración. El Centro Holandés ha publicado datos sobre una serie de 55 notificaciones de reacciones adversas atribuidas a la flunarizina desde 1983.5 De ​​esta, 22 eran cuadros depresivos, uno de ellos asociado con parkinsonismo.
 
Los pacientes eran 19 mujeres y 2 hombres, 16 habían recibido el fármaco para el tratamiento de un cuadro de migraña o de cefalea y 4 para síndromes vertiginosas. De estos pacientes, 12 no tomaban ninguna otra medicación. El período medio entre el inicio de la administración del fármaco y la aparición del cuadro depresivo fue de tres meses y medio, pero varió entre una semana y 14 meses según los casos.
 
En nuestro centro hemos recibido tres notificaciones de casos de depresión, en pacientes (dos mujeres y un hombre) de 26, 64 y 67 años, tratados con dosis de 5 a 10 mg al día. Una paciente tratada con 5 mg al día recibía también, desde antes, 150 mg al día de cinnarizina. En un caso la depresión se acompañó de temblor y en otro de un cuadro de parkinsonismo. En los tres pacientes la sintomatología va desaparecer después de dejar el tratamiento.
 
La flunarizina es un fármaco relacionado estructuralmente y farmacológicamente con la cinnarizina. Las sus indicaciones y el perfil de sus reacciones adversas son similares. Por otra parte, la relaciónentre los síndromes extrapiramidales y los cuadros depresivos no está clara, y no se sabe con seguridad si ambas patologías, coexistentes en una proporción importante de pacientes, son la consecuencia de la misma causa, son consecuencia la una de la otra o no tienen ninguna relación de causalidad entre ellas.
 
En cualquier caso, habría que notificar los casos de sintomatología extrapiramidal y de cuadros depresivos que aparecen en pacientes tratados con ambos fármacos. La reunión de una serie de casos ayudará a definir más claramente estas entidades clínicas y la posible relación entre ellas.
 
FUENTE: Instituto Catalán de Farmacología