No hay recetas ni fórmulas mágicas. Para prevenir el estrés se debe caracterizar la situación, identificar los problemas y discutir posibles soluciones. La evaluación de riesgos psicosociales es, pues, el primer paso. En el colectivo docente, numeroso y con un alto nivel de estudios, el método de elección para la evaluación de riesgos es la encuesta, que debería diseñarse teniendo en cuenta los marcos conceptuales que han mostrado evidencia de relación con trastornos de salud-modelo exigencias-control-apoyo, esfuerzo-recompensa y trabajo emocional-, adaptados a las características específicas del trabajo de enseñanza. Estas encuestas pueden incluir algunas cuestiones sobre el estado de salud, lo que permitirá conocer la magnitud y la distribución de los problemas de salud más frecuentes en el colectivo: lumbalgias, problemas de salud mental y disfonías. Esta aproximación al estado de salud se podría completar con el análisis de datos secundarios, como las bajas por enfermedad y otros datos administrativos.
En cuanto a las intervenciones preventivas, se debe tener en cuenta que cada centro es diferente y también lo pueden ser las soluciones para sus problemas. Debe ser el centro mismo, a través de su profesorado y del equipo directivo, el que determine las actividades para eliminar o reducir los factores del trabajo que hayan sido identificados como factores de riesgo. Para que el programa de prevención tenga éxito debe crearse un grupo de trabajo formado por personal del mismo centro que lo dinamice. Sus miembros deben recibir formación para llevar a cabo el programa y deben disponer de horas para dedicar el tiempo necesario a lo largo del curso escolar.
En salud laboral muchas veces hay una actitud pasiva asociada a un sentimiento lamentablemente generalizado que ya que las cosas no cambiarán no vale la pena hacer nada. Esta parálisis va acompañada, paradójicamente, de una sensación creciente de que la salud del docente es cada vez más precaria. Mejorar las condiciones de trabajo es posible, pero es necesario romper con estas actitudes. Analizamos la situación, identificamos los problemas, buscamos las soluciones con toda la imaginación posible y movamos con nosotros para cambiar la situación actual. Podemos, a buen seguro, hacer mucho porque dentro de unos años nos encontramos mejor.
Fuente: Sindicat