Las articulaciones constituyen la unión de dos o más huesos del esqueleto. Algunas, como las que unen las piezas óseas del
cráneo, son totalmente inmóviles. Debemos tener en cuenta que este movimiento
siempre tendrá lugar en relación con la articulación, no con el segmento
corporal.
En cambio, la mayoría de las articulaciones disponen de amplia capacidad de
movimiento. Para esta
función necesitan de dos elementos, a veces contrapuestas: la movilidad,
garantizada por los músculos, y la estabilidad que aportan los ligamentos y
tendones.
Para comprender las acciones y movimientos fundamentales de las
articulaciones tenemos que ver previamente algunos conceptos de mecánica
articular, como los ejes y planos y sus movimientos resultantes.
Los ejes
- Eje vertical o longitudinal: perpendicular al plano horizontal.
- Eje anteroposterior: perpendicular al plano frontal.
- Eje transversal: perpendicular al plano sagital.
Los planes
- Plan horizontal: también llamado transversal. Es lo
que divide el cuerpo en mitad superior y mitad inferior.
- Plan frontal: es un plan paralelo al frente que divide el cuerpo en mitad
anterior y mitad posterior.
- Plan sagital: divide al cuerpo en mitad derecha y mitad izquierda.
Los movimientos resultantes
- Flexión: acción o efecto de doblar una articulación, acercando los
extremos de ésta.
- Extensión: movimiento por el cual dos segmentos de un miembro apartan y
disponen en línea recta. Es el movimiento opuesto a la
flexión.
- Separación o abducción: acto de separar o alejar un segmento con respecto
a la línea media del cuerpo.
- Aproximación o aducción: acto de acercar una parte del cuerpo que se
encontraba separada. Es el movimiento contrario
a la abducción.
- Rotación: movimiento de un segmento del cuerpo sobre su eje. Dos tipos particulares de rotaciones son la pronación y la supinación. Pronación: poner la palma de la mano hacia abajo o levantar la planta del pie hacia dentro. Supinación: poner la palma de la mano hacia arriba o levantar la planta del pie
hacia fuera.
- Circunducción: es el movimiento combinado de flexión, separación y extensión
en una articulación. Supone el movimiento de un
segmento alrededor de un eje, pero con el origen en este eje formando un cono- Rotación: movimiento de un segmento del cuerpo sobre su eje. Dos tipos particulares de rotaciones son la pronación y la supinación. Pronación: poner la palma de la mano hacia abajo o levantar la planta del pie hacia dentro. Supinación: poner la palma de la mano hacia arriba o levantar la planta del pie
hacia fuera.
con el movimiento.
- Deslizamiento: es la dislocación de las superficies articulares una sobre
otra sin separarse, producidas en el mismo plano.
Las articulaciones se pueden clasificar según la amplitud del movimiento y
sus características anatómicas. Básicamente pueden ser de tres
tipos:
Sinartrosis: son fijas, como las suturas del cráneo.
Amfiartrosis: con poca movilidad, como las vértebras.
Diartrosis: con gran movilidad, como la rodilla, el hombro, etc.
Al hablar de articulaciones debemos hacer mención de los elementos encargados
de proporcionar estabilidad:
Los tendones constituyen el extremo de los músculos y se aferran a los
salientes del hueso en las articulaciones. Es la unión hueso-músculo.
Los ligamentos por su parte son fibras muy resistentes que unen unos huesos
a otros, formando también parte importante de la articulación. Permiten la unión hueso-hueso. Cuando dos
huesos se juntan y mueven (ejemplo: fémur y tibia), se produce entre ellos una
fricción. Si además soporta un peso, como sucede
en la rodilla, se produce en los huesos de la articulación una tensión
adicional ocasionada por movimientos cotidianos, como caminar o subir
escaleras.
Por tal motivo, la zona de la articulación está protegida por un material a
modo de amortiguador: son los meniscos. Al mismo tiempo, las articulaciones cuentan con una cápsula
sinovial. Se
trata de una bolsa de tejido especializado que rodea las articulaciones, donde
se produce el líquido sinovial que sirve de lubricante.