Tradicionalmente se ha asociado el
estado de condición física individual con el nivel de salud. La condición
física (fitness en inglés) también se ha denominado forma física o aptitud física.
El American College of Sports
Medicine dice que la condición física se refiere a un estado dinámico de
energía y vitalidad que permite a las personas llevar a cabo las tareas diarias
habituales, disfrutar del tiempo de ocio activo y afrontar las emergencias imprevistas
sin fatiga excesiva, a la vez que ayuda a evitar las enfermedades derivadas de
la falta de actividad física ya desarrollar al máximo la capacidad intelectual.
A nivel deportivo, hablar de
condición física es hablar de velocidad, de potencia, de coordinación y de
equilibrio. Pero si hablamos de salud, la condición física se refiere a la resistencia
cardio respiratoria, la composición corporal, la fuerza y la resistencia muscular y la flexibilidad.
Los planteamientos más actuales
consideran la condición física como consecuencia de la práctica de actividad
física (hecho saludable) y no como causa de buena salud. Es decir, no se debe
trabajar la condición física para mejorar la salud, sino que hay que mejorar la
práctica de actividad física para mejorar la salud (y la mejora de la condición
física es una consecuencia de la mejora de la salud). Así, Delgado dice que en el caso de
niños y niñas, la realización de ejercicio físico regular y frecuente produce
beneficios saludables que no necesariamente implican incrementos en los niveles
de condición física.
La gran contribución que ofrece la
condición física centrada en el rendimiento está en la planificación de los
programas de actividad física, ya que sirve para orientar el trabajo equilibrado
en los diferentes componentes relacionados con la salud (la resistencia cardio respiratoria,
la fuerza y resistencia muscular y la
flexibilidad).
Se considera que una persona tiene
una buena condición física desde el punto de vista de la salud cuando:
- Es capaz de subir escaleras sin
fatigarse (resistencia cardio respiratoria).
- Tiene alrededor de un 15% de
grasa corporal a los chicos y un 22% las chicas (composición corporal).
- Es capaz de cargar con cajas sin
fatiga muscular (fuerza y resistencia
muscular).
muscular).
- Es capaz de permanecer sentado
leyendo un buen rato sin dolor de espalda o de cervicales.
La resistencia cardio respiratoria es la capacidad de realizar tareas vigorosas en las que participan grandes masas musculares durante periodos de tiempo prolongados. Se basa en la capacidad funcional de los aparatos circulatorio y respiratorio para el ajuste y la recuperación de los efectos del ejercicio. Resulta básica para el mantenimiento de la salud cardiovascular, por lo que muchos especialistas la consideran la condición física más importante en relación con la salud.
La resistencia cardio respiratoria es la capacidad de realizar tareas vigorosas en las que participan grandes masas musculares durante periodos de tiempo prolongados. Se basa en la capacidad funcional de los aparatos circulatorio y respiratorio para el ajuste y la recuperación de los efectos del ejercicio. Resulta básica para el mantenimiento de la salud cardiovascular, por lo que muchos especialistas la consideran la condición física más importante en relación con la salud.
Para trabajar la capacidad cardiorespiratoria
es necesario hacerlo con actividades con un carácter dinámico y aeróbic. Es necesaria
que sea realizada al menos tres veces por semana. La fuerza y resistencia muscular es la capacidad de los músculos de
generar tensión y por aplicarla de forma repetida o mantenida
durante un período de tiempo prolongado.
Los músculos encargados de
soportar la columna vertebral y las extremidades son especialmente importantes,
a pesar de todos los grupos musculares deben tener un cierto grado de fuerza y de resistencia. La flexibilidad es la capacidad
funcional de las articulaciones para moverse a lo largo de toda su amplitud
posible. Es específica para cada articulación, dependiendo de las sus características funcionales y los sistemas de control nervioso del
movimiento.
Las articulaciones que tienen más
incidencia en la salud son las que movilizan / limitan los movimientos de la
cadera: articulación coxofemoral, articulaciones raquídeas (lumbares, dorsales
y cervicales) y articulación glenohumeral. Para mejorar la flexibilidad hay que trabajar la relajación (disminuyendo el
tono muscular consigue mejor elasticidad muscular) y las técnicas de trabajo
actuales de la flexibilidad están asociadas a movimientos lentos y controlados
que conducen el músculo hasta una posición de cierta tensión, para a
continuación mantener el estiramiento durante un tiempo; recomendando llegar a
la posición y abandonarla lentamente, procurar relajarse y respirar de forma
pausada.
Las fascias son membranas de
tejido conjuntivo que constituyen envolturas y conexiones entre los órganos, y que requieren una mención especial cuando
hablamos de flexibilidad y de elasticidad. Los movimientos corporales ponen en
marcha los músculos, las articulaciones y la respiración. La fluidez y la
adaptación de todos los movimientos (gestos, esfuerzos habituales y movimientos
deportivos) dependen de la calidad de las fascias que envuelven los tejidos del cuerpo. Cuando estas fascias están retraídas o se han
acortado, los movimientos están frenados o son mal realizados. Las fascias están ligadas entre sí, y su movilidad y elasticidad facilita la
irrigación, drenaje y la nutrición de los órganos que envuelven, así como su
desplazamiento interno.
Si las fascias presentan
adherencias, pierden movilidad y elasticidad (como cuando enganchamos varias
capas de papel fino entre sí, creándose una especie de cartón rígido). Hay que
tener presente que para trabajar a nivel de las fascias no basta con un estiramiento
muscular localizado. Hay que actuar a nivel de toda la cadena de fascias. En algunas
concepciones orientales se habla de meridianos.
La composición corporal se refiere
al peso corporal ya la integridad de la masa ósea. En el control de la
composición corporal es imprescindible mantener un balance energético (Relación
entre la ingesta y el gasto calórico) neutro. Si el gasto es mayor que la ingesta
es posible perder gran cantidad de tejido graso corporal, e incluso tejido
magro.
Si la ingesta es superior al gasto
incrementarán los depósitos de tejido adiposo. Un índice muy utilizado para
evaluar la es el porcentaje en peso del grex corporal respecto al peso total,
siendo los valores óptimos de un 15% para los hombres y un 22% por las mujeres.
Se considera una pesona obesa cuando sobrepasa el 25% en el caso de los hombres
y el 33% en el caso de las mujeres. Este% de grasa corporal requiere de una
medición los pliegues cutáneos y esto hace que a nivel escolar tenga una a aplicabilidad
dificultosa.
El IMC es de cálculo muy fácil para su aplicación educativa y es lo suficientemente correcta como para concienciar a los alumnos en el aspecto de la composición corporal, y trabajar las actitudes y comportamientos sobre alimentación y nivel de actividad física que el ámbito de la salud requieren.
El IMC es de cálculo muy fácil para su aplicación educativa y es lo suficientemente correcta como para concienciar a los alumnos en el aspecto de la composición corporal, y trabajar las actitudes y comportamientos sobre alimentación y nivel de actividad física que el ámbito de la salud requieren.
Los elementos reguladores más
importantes de la composición corporal son la dieta, el grado de actividad
física y factores metabólicos y hormonales. El MET es una unidad de consumo energético que representa el nivel metabólico
en reposo.
Para un promedio de personas
adultas este nivel (1 MET) es de 1 kilocaloría (4,2 kilojulio) por kilogramo de
peso corporal y por hora, o 3,5 mililitros de oxígeno utilizados por cada
kilogramo de peso corporal por minuto. El cálculo del coste energético en METs represento
la relación entre la energía consumida en una actividad y la energía consumida
en reposo. Por ejemplo: 5 METs equivalen a 5 veces el nivel metabólico en
reposo.
Si el objetivo principal es
mantener una óptima resistencia cardiorespiratoria y un buen peso, lo ideal
sería que todo el mundo tuviese un gasto de 900-1500 kilocalorías por semana, o
sea, 300-500 kilocalorías por sesión de actividad física (realizando 3-4 sesiones
por semana). Para una persona que pesa 70 kg., Esta recomendación le representaría
una actividad metabólica sostenida durante 60 minutos a un nivel de 4,5 a 5m METS
(o sea, haciendo un esfuerzo 4,5-9 veces mayor que en situación de reposo).