Radioterapia y cancer de mama


Consiste en la utilización de radiaciones ionizantes que anulan la capacidad que tienen las células de crecer y reproducirse. Esto se consigue por el daño que se produce en el núcleo celular a través de diferentes niveles, físico-químico y biológico. Al lesionarse su material genético nuclear la célula pierde la capacidad de dividirse y morirá.

Las células sanas son menos sensibles a los efectos de las radiaciones, ya que se dividen más lentamente que las células enfermas y, además, son más capaces de recuperarse del deterioro provocado por la radiación.

Así pues, el objetivo de la radioterapia es destruir las células tumorales causando el menor daño posible a los tejidos sanos que embolten al tumor.

Cuando se indica la radioterapia?

La radioterapia en el cáncer de mama tiene un papel bien definido y consolidado dentro del tratamiento multidisciplinar, siendo uno de los tres pilares en que se fundamenta su tratamiento, junto con la cirugía y el tratamiento sistémico (Quimioterapia, hormonoterapia y tratamientos antidiana).

Múltiples estudios avalan su utilización, tanto en el tratamiento conservador (Después de la cirugía en que se ha conservado la mama), como después de la mastectomía (extirpación del pecho), ya que hace que disminuyan las recaídas y por tanto, aumenta la supervivencia. En el caso de la radioterapia complementaria, lo que normalmente se hace es iniciar la radioterapia una vez finalizado el tratamiento con quimioterapia.

En tumores localmente avanzados y en los que antes de la cirugía se hace quimioterapia con la finalidad de disminuir el tamaño del tumor, en ocasiones se asocia con radioterapia con el fin de aumentar el efecto del tratamiento. Posteriormente, se realiza la cirugía.

¿Qué tipos de radioterapia hay?

En el cáncer de mama se utiliza tanto la radioterapia externa como la interna, aunque la más frecuente es la externa. Esencialmente, es un tratamiento individualizado, cada persona tendrá su tratamiento específico.

La radioterapia externa, la cual viene generada por una fuente externa a la paciente. Hoy en día se hace a través de Aceleradores Lineales de electrones que pemiten un tipo de irradiación preferible a la obtenida a través de las bombas de cobalto utilizadas hasta hace poco tiempo, porque tienen una mayor penetración y la irradiación se distribuye de manera más homogénea en la zona en la que aplica, además, no es tanto agresiva con la piel, con lo cual disminuyen los efectos secundarios.

Se administra en sesiones diarias de pocos minutos durante un periodo de tiempo que puede oscilar entre una y cinco semanas. Actualmente hay estudios que muestran la efectividad de administrar la radioterapia en el momento de la cirugía una vez extraído el tumor, permitiendo así, localizar mejor la zona a irradiar y protegiendo mejor los tejidos sanos que no es necesario irradiar. Además, tiene la ventaja de que el tratamiento se puede reducir a una dosis única.

La radioterapia interna o braquiterapia, es otro tipo de tratamiento radiactivo que implanta fuentes de energía directamente en el interior del tumor o bien en el espacio que éste ocupaba si éste ya ha sido extirpado. Su objetivo es proporcionar una dosis elevada de irradiación en un volumen pequeño de tejido respetando los órganos vecinos.

Se puede administrar después de la radioterapia externa y también, durante el acto quirúrgico de la extirpación del tumor, durante el que se deja implantado el conducto a través del cual posteriormente se administrará la carga radiactiva.

Efectos secundarios de la radioterapia

En general, el tratamiento con radioterapia en el cáncer de mama es bien tolerado. En algunos casos se producen efectos mínimos, pero en otros son más acusados ​​y se debe administrar tratamiento médico para su control. Estos efectos son difíciles de prever con exactitud, ya que dependen de múltiples factores como la extensión de los campos de tratamiento, la dosis, el fraccionamiento y la susceptibilidad individual de cada persona. Hay que saber que estos efectos son temporales y se recuperarán a las pocas semanas de finalizar el tratamiento. Principalmente son:

• Afectación de la piel: es el efecto adverso más importante para la persona y la más frecuente. Se localiza en la zona en la que se administra el tratamiento y se caracteriza por enrojecimiento, picor, aumento de la pigmentación, descamación,... y de forma tardía un cierto grado de fibrosis.

• Cansancio (astenia): en el tratamiento del cáncer de mama no es un cansancio muy agudo y en cualquier caso, menor que el que se puede producir durante el tratamiento con quimioterapia.

Tomado de Programa de detección precoz del cáncer de mama: El cáncer de mama y su detección precoz: que hay que saber