Como en la mayoría de las chicas,
en las jóvenes con discapacidades, el desarrollo mamario y el crecimiento del
vello púbico y de las axilas comienza, en promedio, entre los once y dieciséis
años, y marca el principio de un cambio que al cabo de una dos o tres años se reflejará
en el inicio de la menstruación.
Es esencial que se les haya
hablado antes sobre la menstruación antes de la primera regla, de esta manera
reaccionará de una manera similar al resto de adolescentes. Si se plantea
adecuadamente, se puede interpretar la menstruación un signo satisfactorio de crecimiento
y como un indicador de la condición femenina.
La mayoría de problemas que los
padres exponen son debidos a la falta de información y conocimientos básicos. La
comunicación con una chica con discapacidad requiere incontables
conversaciones, demostraciones y palabras tranquilizadoras y es la clave para
aprender la higiene personal. Hay que hablar abiertamente sobre la menstruación.
Según Jean P. Edwards y Thomas E. Elkins, en el libro Nuestra Sexualidad (1988), ante todo hay que hablar sobre las compresas y los tampones, y explicarles poco a poco cuando se utiliza, a ponérselo, a extraerlo convenientemente ya saber cuándo se debe cambiar. Recuerdan que es necesario demostrarlo repetirlo y practicarlo.
En cuanto a la higiene, hay que
hacerlos demostraciones tantas veces como sea necesario, como por ejemplo a la
hora de utilizar una compresa. Se les debe explicar incluso los pasos que puedan
parecer más irrelevantes como: lavarse las manos, señalar las partes de la comprendida,
bajarse las bragas y sentarse en el baño, y como colocar la compresa.
Al igual que se les debe enseñar
cómo lo han de sacar, como lo han de envolver y donde lo tienen que tirar. También es esencial marcar unas pautas
horarias para no tener ningún accidente.
Si la persona en cuestión le resulta
más práctico utilizar los tampones, se trata de un proceso más complejo pero
igual de efectivo. Antes de empezar les recomienda hacerse un baño caliente
para que se relajen los músculos. Entonces se les enseña qué posición es la más
confortable para la introducción del tampón y qué deben hacer para conseguirlo.
Antes de todo pero, es importante
haberlos enseñado previamente como es su cuerpo y los cambios que experimenta
en la pubertad. También es esencial introducir previamente el concepto de menstruación
junto con los dolores que conlleva y la higiene que requiere, de este modo la
primera vez no se causará una situación brusca y de inseguridad. Este tipo de
información la podemos encontrar en la serie de libros de la FCSD donde hay uno
dedicado a los chicos y otro para las chicas.
EL método de enseñanza por medio de libros en forma de historieta y acompañados
de imágenes es uno de los más efectivos para la educación sexual de este sector
de la población.
Tomado de “Sexualidad y Sindrome
de Down. Un derecho irrevocable”. Por el autor Maria Solé Serradell