La
obesidad se ha convertido en un importante problema de salud pública, con una
carga de enfermedad asociada muy importante (diabetes mellitus tipo 2,
hipertensión, dislipemia, etc.) que hace que se considere en la actualidad la
segunda causa de mortalidad prevenible después del tabaco en Estados Unidos,
con 280.000 muertes al año en adultos atribuibles a la obesitad.
Además,
conlleva una carga económica de dimensiones muy elevadas y con tendencia a aumentar.
En este país el porcentaje de población obesa, definida como aquella con un
índice de masa corporal (IMC) ≥ 30 kg/m2, supera el 30%. Durante la década de
los años ochenta y comienzos de los noventa se observaron incrementos anuales
absolutos del 0,5-1% en la prevalencia de la obesidad, que han aumentado más de
un 50% en los últimos 10-15 años.
A España
el 14% de la población adulta es obesa, e incrementos similares a los de los
Estados Unidos se han observado en el Reino Unido, Holanda, Italia, Suecia, Alemania
y también en España.
La
verdadera expresión de la epidemia se ha descrito, sin embargo, a la población
infantil, en la que se han detectado incrementos superiores incluso al de la
población adulta y que hacen prever un incremento exponencial del problema en las próximas década. Se plantean diferentes
explicaciones sobre la causa de este aumento, como pueden ser los estilos de
vida más sedentarios y el aumento de la ingesta de alimentos ricos en calorías.
Por otra parte, se van acumulando altos índices de fracasos en el tratamiento de la obesidad desde los primeros intentos, lo que llevó a Stunkard a afirmar, en 1958, después de evaluar los 30 años precedentes en el tratamiento de la obesidad, que "la mayor parte de las personas obesas no mantienen los tratamientos de la obesidad, y entre las que los mantienen la mayoría no pierden peso, y las que pierden peso, la mayor parte el recuperan ".
Por otra parte, se van acumulando altos índices de fracasos en el tratamiento de la obesidad desde los primeros intentos, lo que llevó a Stunkard a afirmar, en 1958, después de evaluar los 30 años precedentes en el tratamiento de la obesidad, que "la mayor parte de las personas obesas no mantienen los tratamientos de la obesidad, y entre las que los mantienen la mayoría no pierden peso, y las que pierden peso, la mayor parte el recuperan ".
El
carácter crónico de la obesidad hace que sea imprescindible el seguimiento
continuo y estrecho. Su evolución tanto durante la etapa de tratamiento como
durante la de mantenimiento. Desgraciadamente, los pacientes abandonan
relativamente pronto el seguimiento profesional, sobre todo después del sexto mes de tratamientos.
Se han
llevado a cabo amplias revisiones sobre la efectividad de las diferentes
intervenciones destinadas a prevenir y tratar la obesidad y mantener la pérdida
de peso, con importantes problemas metodológicos para hacer la comparaciones,
llegando a la misma conclusión que Stunkard, que la mayoría de los pacientes recuperan el peso durante la intervención.
En la actualidad se están empezando a identificar los factores que se asocian al comportamiento en la pérdida, aunque los trabajos existentes sobre el tema son escasos y con resultados menudo contradictorios. Algunos estudios incluso han centrado en las características de los pacientes que han conseguido a largo plazo solucionar su problema de obesidad, para intentar averiguar los métodos e individuos más idóneos para responder a un tratamiento de pérdida.
En la actualidad se están empezando a identificar los factores que se asocian al comportamiento en la pérdida, aunque los trabajos existentes sobre el tema son escasos y con resultados menudo contradictorios. Algunos estudios incluso han centrado en las características de los pacientes que han conseguido a largo plazo solucionar su problema de obesidad, para intentar averiguar los métodos e individuos más idóneos para responder a un tratamiento de pérdida.
También
se han analizado los problemas que los tratamientos inadecuados y sin base
científica para perder peso, sin la debida supervisión de especialistas
cualificados, representan para la salud.
Por
otro lado, se hace patente la falta de efectividad de los programas preventivos
de la obesidad tanto en la edad pediátrica como en el adulto, y es necesario
realizar estrategias multifactoriales para abordar este problema ya desde la primera infancia y establecer métodos de diagnóstico estandarizados
y reproducibles.
En este
sentido habría, asimismo, acreditar unidades específicas de tratamiento de la obesidad mórbida en función de una serie de criterios
preestablecidos de calidad. Por
otra parte, es imprescindible la promoción de la actividad física como medida
de prevención primaria.
Articulo
tomado de Plan de salud de Cataluña-obesidad