Como ya
se ha mencionado anteriormente, a partir de una célula sana del tejido mamario,
y actuando sobre ella los factores antes mencionados, se pueden producir unas
alteraciones celulares y una multiplicación celular anómala hasta desencadenar una
lesión maligna.
El
cáncer de mama consiste en la proliferación acelerada y una reproducción incontrolada de células del epitelio glandular de los conductos de la mama. La mayoría de las enfermedades tienen un periodo de latencia o "ventana"
más o menos largo, en el que ya está presente en el cuerpo de la persona pero
aún no mujer síntomas.
Si se
dispone de una técnica que permite diagnosticar la enfermedad en este momento y,
lo que es más importante aún, iniciar el tratamiento llegando a poder curar la enfermedad, es lo que justifica hacer cribado o detección precoz. En el caso del cáncer de mama, existe este periodo de latencia, la mamografía permite avisar de la presencia de una lesión antes dé síntomas y el tratamiento iniciado en este momento, es más efectivo y por lo tanto, aumentan las probabilidad de curación. En otros tipos de cánceres,
o bien este período ventana es muy corto, o no se dispone en la actualidad de
una técnica que permita hacer el diagnóstico precoz, o en algunos tipos de
cáncer, incluso pudiendo hacer este diagnóstico precoz, el inicio del tratamiento
en este momento no parece contribuir a mejorar el resultado final del proceso.
El
cáncer de mama, es realmente una enfermedad muy frecuente?
El
cáncer de mama es el más frecuente entre las mujeres y representa el 30% de todos
los cánceres que aparecen en las mujeres. En Cataluña, los casos nuevos que aparecen
cada año afectan a 116 de 100.000 mujeres, o lo que es lo mismo, un total de 3.815
casos nuevos. Además, se prevé que esta cifra irá aumentando, aunque en el
global de países de la Unión Europea, ocupamos una posición intermedia-baja, es
decir, somos los que tenemos incidencias relativamente bajas.
Tomado de
Programa de detección precoz del cáncer de mama: El cáncer de mama y su
detección precoz: que hay que saber