Durante
la gestación hay un aumento de beta-endorfinas y un aumento del número y actividad
de los receptores opiáceos que disminuyen los requerimientos anestésicos, tanto
en la anestesia general como en la regional. Recordemos que la CAM de los
anestésicos inhalatorios está disminuida
un 25-40%.
un 25-40%.
También
se observa una disminución de los requerimientos de anestésicos locales (AL).
Esto se pone de manifiesto ya en el primer trimestre de gestación cuando
todavía no se ha producido la vasodilatación de las venas del espacio
peridural. Los factores involucrados serían el aumento de progesterona y la
disminución de los niveles plasmáticos de proteínas; hay estudios que
demuestran mayor sensibilidad de las neuronas periféricas a la bupivacaína
durante la gestación, lo que estaría relacionado con la disminución de la unión
a proteínas. La progesterona aumenta la permeabilidad de la membrana nerviosa,
facilitando la acción y el inicio de acción de los AL.
La
ingurgitación de las venas peridurales disminuye el espacio peridural,
aumentando la presión del espacio subaracnoidal, sobre todo con las
contracciones.
Hay una disminución de los requerimientos de anestésicos inhalatorios y anestésicos locales (30%). La disminución del espacio peridural y la compresión del espacio subaracnoidal, además de disminuir los requerimientos, provocan una mayor difusión de la solución, haciendo difícil de predecir el nivel que alcanzará el bloqueo.
Hay una disminución de los requerimientos de anestésicos inhalatorios y anestésicos locales (30%). La disminución del espacio peridural y la compresión del espacio subaracnoidal, además de disminuir los requerimientos, provocan una mayor difusión de la solución, haciendo difícil de predecir el nivel que alcanzará el bloqueo.
El
aumento de la lordosis lumbar en la gestante también contribuye provocando un
mayor ascenso de los AL. A medida que avanza la gestación, se acentúa la
lordosis lumbar para compensar el desplazamiento del centro de gravedad; se da
una alta incidencia de lumbalgias y ciatalgias.
La
relaxina, secretada por la placenta, favorece la laxitud generalizada de
ligamentos musculares y de tejidos blandos, sobre todo de los ligamentos de la
columna vertebral y articulaciones sacrocoxigia, sacroilíaca y de la sínfisis púbica
haciéndolas inestables y dolorosas. El ligamento amarillo, como la mayoría de tejidos, sufre una infiltración acuosa que puede dificultar
su localización.
La
duramare puede estar abombada durante las contracciones haciendo más posible la
punción accidental de ésta cuando se realiza la técnica peridural.
Tomada
de Maite Ezpeleta Valls. CAMBIOS FISIOLÓGICOS EN EL EMBARAZO. ANESTESIA EN LA GESTANTE PARA CIRUGÍA NO OBSTÉTRICA