Factores determinantes del equilibrio postural

El equilibrio postural está garantizado fundamentalmente por el dominio de la posición pélvica. Esta tiene relación directa con la base de sustentación (los pies en la posición de pie) y con la musculatura del tronco (es la primera en activarse cuando hay un desequilibrio en el tren inferior).

La báscula pélvica (anteversión-retroversión) depende de la acción los músculos abdominales (recto anterior del abdomen y oblicuos externos), músculos isquiotibiales y glúteos (ambos proporcionan la retroversión pélvica), los músculos flectores la cadera (tensor de la fascia lata, recto anterior, psoas ilíaco, y sartorio) y extensores del tronco (dorsal largo, iliocostal), que producen el anteversión pélvica.
En una persona sana, debe existir un equilibrio entre la elasticidad de los músculos erectores (Aductores, psoas iliaco y tensor de la fascia lata) y la tonicidad o fuerza de los músculos que dan movilidad al tronco (abdominales). En general, hay que trabajar la elasticidad de los isquiotibiales y el refuerzo de la pared abdominal.

La basculación lateral de la pelvis también puede provocar disfunciones del raquis (menos frecuentes). Se produce cuando la musculatura abductor pierde su capacidad funcional y anula la contención pélvica. En los trabajos dinámicos hay que evitar acentuar la concavidad del raquis (no levantar las piernas, el tronco y brazos al máximo). Hay que mantener el control del movimiento en todo momento y realizarlo lentamente (los movimientos rápidos y bruscos pueden ser muy peligrosos).

Debe considerarse como Mprolongación de la columna, y no flexionar y dejarlo caer por no modificar las curvaturas fisiológicas de la columna. Para una higiene postural correcta, hay que trabajar y mejorar los otros aspectos de la condición física relacionados con la salud (capacidad cardio respiratoria, fuerza y ​​resistencia musculares, elasticidad y flexibilidad, y composición corporal), ya que todos ellos inciden en la mejora de la higiene postural. La reducción del peso graso a través del trabajo de resistencia cardiovascular, sobre todo de la región abdominal, disminuye la posibilidad de sufrir hiperlordosis lumbar al reducirse el avance del centro de gravedad. Los tres pilares de la educación postural son la concienciación corporal, la flexibilización, y el reforzamiento muscular.