Diagnostico del Sindrome de Down


No es posible saber antes de la concepción si una pareja tendrá un hijo con el Síndrome de Down. Una vez el feto está formado, la mujer embarazada puede solicitar un diagnóstico prenatal para conocer la dotación cromosómica del feto gestante. No obstante, también es posible hacerlo después del parto. En este último caso se hace con los datos que proporciona la exploración clínica y se confirma posteriormente por medio de un cariotipo.

En la imagen siguiente, que es el cariotipo de una persona con Síndrome de Down, podemos apreciar cómo lo que debería ser la pareja se cromosomas 21 es una trisomía.

Las pruebas más frecuentes son:

- El Screening bioquímico

Se trata de una prueba prenatal que se realiza en las primeras semanas del embarazo y que detecta aquellos embarazos que tienen un mayor riesgo de Síndrome de Down, además de detectar cualquier otra malformación del feto. Sin embargo, lo único que detecta es la posibilidad de una malformación. No verifica que la tenga, por lo que no diagnostica.

- La Amniocentesis

Es una prueba de diagnóstico que consiste en la extracción, mediante una punción abdominal ya través del útero, de una pequeña muestra de líquido amniótico, que es lo que rodea el feto durante toda la gestación. Esta prueba se puede realizar preferentemente entre las semanas 10 y 13 del embarazo, para el diagnóstico prenatal. Existe un riesgo de un 1% de pérdida fetal. Este tipo de prueba prenatal se suele realizar únicamente si existen antecedentes de alteraciones genéticas, si la madre sobrepasa los 35 años o si las pruebas de screening dan un riesgo alto de que el feto presente Síndrome de Down.

Este hecho explica, en parte, que más de dos tercios de los casos de nacimiento con Síndrome de Down pasen en mujeres que no han llegado a esa edad.

- La biopsia de corion

También es una prueba diagnóstica que se realiza mediante la extracción y el posterior análisis de una pequeña muestra de tejido proveniente de la placenta. La extracción se efectúa vía vaginal o bien vía abdominal, entre las semanas 10 y 13 del embarazo. En este caso, el riesgo de pérdida fetal es de un 2%.

En cualquier caso, el diagnóstico prenatal es muy útil ya que puede ayudar a los padres a reflexionar sobre su decisión decantándose por el aborto o bien a prepararse emocionalmente por la llegada de un hijo con Síndrome de Down y poder darle desde un primer momento el cariño y el amor que requiere.

El nuevo documento que se ha elaborado representa una mejora del Programa de Diagnóstico Prenatal de anomalías congénitas fetales vigente, basado en el cribado bioquímico, que se empezó a implantar en 1998. El protocolo de 1998, que ha funcionado desde entonces para detectar anomalías congénitas fetales en el segundo trimestre de embarazo, establece la realización en mujeres embarazadas menores de 38 años del cribado bioquímico para determinar el nivel de riesgo y, también, recomienda ofrecer a las mujeres embarazadas de más de 37 años un procedimiento invasivo para el estudio fetal, tales como
la amniocentesis.