Son muchos y muy diversos los
estudios que vinculan la actividad física con la modificación de diferentes
aspectos psicológicos y conductuales de las personas. Existen estudios que demuestran
que las personas que realizan actividad física controlada de manera continuada son
más sociables, emprendedores y entusiastas. Los estudios llegan a la conclusión
de que la actividad física y deportiva facilita la adaptación del individuo al
esfuerzo en general, estimula el afán de superación, mejora el dominio y
control de sí mismo, mejora su equilibrio personal, y ejerce una importante
influencia de carácter positivo en la lucha con el tabaquismo, alcoholismo y
otros tipos de drogodependencias.
Hay estudios que analizan los
beneficios en conductas de salud debidas a la actividad física:
a) abuso de sustancias adictivas
como el alcohol y las drogas: no hay estudios concluyentes en cuanto a relación directa, pero parece que la actividad física
puede actuar facilitando una mayor abstinencia en la desintoxicación del
alcohol a partir del mejor control sobre la depresión y sobre la ansiedad que
pueden llevar a una persona a la recaída en el alcoholismo.
b) consumo de tabaco: en este caso
tampoco encontramos estudios concluyentes. Como el tabaco es causa directa de
enfermedades respiratorias crónicas, la actividad física puede incidir
directamente en la mejora o estabilización de estas enfermedades. De manera análoga
al caso de las sustancias adictivas, la actividad física ayuda a tolerar mejor los
estados de apetencia.
c) El sobrepeso y la obesidad:
combinando tratamientos basados en control de dieta y programas
de actividad física es como se consiguen más éxitos para el tratamiento de
estas enfermedades (se trabaja tanto sobre la ingesta como sobre el gasto calórica).
Un aspecto muy importante es que
la AF contribuye a la mejora de la imagen corporal (Autoconcepto), que es la
base para una mejora de la autoestima (muy necesaria en la prevención de las
depresiones).
Otro aspecto en el que todos los
autores se ponen de acuerdo es que la AF mejora el control emocional, que es
otro de los pilares en la prevención de las depresiones. En la literatura sobre
psicología y actividad física encontramos muchos estudios que buscan relaciones
causa-efecto entre la actividad física y diferentes aspectos de la
personalidad. Hiram Valdés hace cuatro
agrupaciones:
Actividad física y estrés cardiovascular: entendiendo que la reactividad cardiovascular puede ser una causa de enfermedad coronaria, la actividad física moderada y continua reduce la intensidad de la respuesta cardiovascular al estrés de orden psicológico.
Actividad física y estrés cardiovascular: entendiendo que la reactividad cardiovascular puede ser una causa de enfermedad coronaria, la actividad física moderada y continua reduce la intensidad de la respuesta cardiovascular al estrés de orden psicológico.
Actividad física y ansiedad: la
tensión muscular es una de las fuentes de ansiedad (debido a su acción sobre el
sistema reticular activador ascendente). Tanto la actividad física moderada y continuada
como los ejercicios de relajación producen un descenso en los niveles de
tensión muscular basal, lo que reduce los estados de ansiedad.
El efecto de la actividad física
no ha sido comprobado en casos agudos de ansiedad, mientras que sí que hay
evidencias de estos efectos en casos de ansiedad generalizada y de fobias
simples.
La actividad física tiene efectos
similares a los de sesiones de relajación (sobre todo en individuos con
síntomas de tensión muscular y taquicardias). Actividad física y sueño (y descanso): la práctica de ejercicios aeróbicos
produce más y mejor sueño (Descanso) que el sedentarismo. Así, los individuos
activos tienen una alta proporción de movimientos oculares lentos y una más
baja proporción de movimientos rápidos del ojo durante el sueño (Movimientos REM) que los individuos sedentarios. Este efecto que se produce
con la actividad física es similar al obtenido por medicación antidepresiva o
por electrochoque.
Actividad física y depresión: los
estudios comparativos entre el tratamiento de depresiones por la actividad
física o por psicoterapia son también muy claros: los dos tipos de tratamientos
obtienen resultados similares. Además también se concluye que los resultados
son mucho más estables y duraderos en el caso de la actividad física que en el
caso de los tratamientos exclusivamente de
psicoterapia.
psicoterapia.
En los tratamientos antidepresivos
incluyen procesos de reforzamiento de la autoestima. Con la actividad física se
refuerza el autoconcepto que es una de las bases de la autoestima.
Actividad física y el sentimiento
de bienestar: por todos estos motivos de corte psicológico, además de la mejora
cardiovascular y energética del organismo, podemos afirmar que las personas que
realizan actividad física mejoran su estado de bienestar general.
El modelo Biopsicológicos de
análisis del comportamiento humano dice que con la práctica de AF se regula y
mejora el metabolismo de las endorfinas (hormonas responsables de las
sensaciones de bienestar) y de la adrenalina (hormona responsable del estrés y
estados de activación). Este hecho biológico puede ser el responsable de un
mejor equilibrio personal.