En
1994, se publicaron los resultados del ACTG 076 (ensayo clínico de zidovudina frente a placebo durante el embarazo, el parto y el postparto), donde se demostraba que la zidovudina reducía el riesgo de transmisión vertical
en un 67%.
Esta
prevención resultaba efectiva independientemente de la situación inmunológica
materna e incluso cuando no disminuía la carga viral. La transmisión vertical pasó del 5% al 8%.
Posteriormente
se ha ido demostrando que cuanto más efectivo es el tratamiento antirretroviral
recibido durante la gestación y el parto, más efectiva es la prevención de la transmisión vertical.
Mandelbrot
y colaboradores publicaron un estudio no aleatorizado que demostraba que cuando se añadía 3TC a la pauta de zidovudina a las 32 semanas de gestación, así como también al bebé, mejoraban las tasas de transmisión (445 parejas madre-hijo, grupo zidovudina + 3TC, 1,6% de transmisión, frente a zidovudina sola, 6,8%).
Durante
el año 1996 se introdujo el tratamiento antirretroviral de gran actividad para tratar a los pacientes infectados. El hecho de que estas pautas
frenaran la evolución de la infección, mientras que las pautas anteriores
demostraban ser insuficientes, hizo que las pautas altamente efectivas pronto
se generalizaran también en el tratamiento de la gestante. En un estudio longitudinal
de EE.UU. iniciado en 1990, la tasa de transmisión vertical del VIH se pasar
del 20% en la era pretratamiento prácticamente el 10,4% en las mujeres tratadas sólo con zidovudina, y finalmente al 3,8% en las mujeres con
terapia combinada sin inhibidores de la proteasa y del 1,2% en las que tomaban inhibidores de la proteasa.
Recientemente
se han publicado los datos del PACTG 316, ensayo clínico aleatorizado y con doble ciego (EE.UU., Europa, Brasil y Bahamas), que estudió si la administración de una dosis única de nevirapina (frente a
placebo) a la madre intraparto y al bebé añadía eficacia a las pautas habituales. El número de parejas madre-hijo fue de 1506. Todas las madres fueron tratadas (el 77% con pautas combinadas). La transmisión madre-hijo fue similar en ambos grupos (nevirapina 1,4%, placebo 1,6%). Estos resultados indican que en mujeres con tratamiento / profilaxis adecuados, la nevirapina intraparto y neonatal no mejora el riesgo de transmisión madre-hijo.
Este estudio ha servido también para ver que en las mujeres bien tratadas hay
que esperar una tasa de transmisión vertical del 1% a 2%.
Articulo
traducido del autor O. COLL I A. SUY