Es conveniente hacer el masaje a diario, siempre después o antes del baño y
en un ambiente calentito y cerrado. Cómo realizar el masaje? Primero, sede en el
suelo con las piernas estiradas, la
espalda recta y los hombros relajados. Cúbrete las piernas con una toalla o albornoz
que normalmente usas para tu bebé.
Coge tu bebé y estira sobre la
toalla en una posición en la que los dos os podáis mirar. Unta tus manos con un
aceite natural o una crema que normalmente utilices para hidratar la piel del
bebé.
Después, comienza el masaje. Si lo deseas, puedes seguir nuestra orientación: Concentrado en hacer movimientos con firmeza, siempre de dentro hacia
fuera y del centro por las extremidades o de abajo hacia arriba. Del lado
izquierdo al derecho, y a un ritmo lento y constante, moderando la presión de los dedos según la zona. Importante: el masaje solo debe ser evitado cuando el bebé está con fiebre, gripe
o con alguna infección.