Suelen ser ejercicios que se
realizan en diferentes intensidades a lo largo de varias horas, como el
maratón, el montañismo o el ciclismo. El consumo energético y de glucosa resultante es muy elevado y por lo tanto, estos son ejercicios con un alto poder hipoglucemiantes y que también dan lugar
a un incremento del riesgo de hipoglucemias post-ejercicio. Ante estos ejercicios las estrategias a seguir son las siguientes:
- Disminuir las dosis de insulina previa al ejercicio en un 25-50%.
- Disminuir las dosis de insulina rápida posterior al ejercicio y de la insulina retardada posterior (en un 10-20%).
- Tomar suplementos de hidratos de carbono a lo largo del ejercicio. Estos suplementos se deberán fraccionar a lo largo del ejercicio teniendo en cuenta los valores obtenidos en los controles de glucemia.
Si el ejercicio se realiza a intensidad baja estos suplementos serán de 10-15g por cada 30 'de actividad, si la intensidad es moderada de 15-20g por cada 30' y si la intensidad es elevada de 25-35g por cada 30’.
- Disminuir las dosis de insulina rápida posterior al ejercicio y de la insulina retardada posterior (en un 10-20%).
- Tomar suplementos de hidratos de carbono a lo largo del ejercicio. Estos suplementos se deberán fraccionar a lo largo del ejercicio teniendo en cuenta los valores obtenidos en los controles de glucemia.
Si el ejercicio se realiza a intensidad baja estos suplementos serán de 10-15g por cada 30 'de actividad, si la intensidad es moderada de 15-20g por cada 30' y si la intensidad es elevada de 25-35g por cada 30’.
Hay que tener en cuenta que el entrenamiento también afecta al consumo de glucosa a lo largo del ejercicio. Así un mejor estado de forma significaría un menor consumo de glucosa para un mismo tipo de ejercicio, ya que la adaptación al ejercicio da lugar a un menor utilización de glucógeno y aumento del consumo de grasas como combustible muscular.