Detectar las complicaciones de un diabetico

Retinopatía: Su detección se realiza mediante el examen del fondo de ojo por retinografía.  Además, debe realizar el examen de la agudeza visual y de la tensión ocular. Su presencia indica derivación al oftalmólogo. El examen del fondo de ojo debe realizarse en el momento del diagnóstico de la diabetes.

La revisión es anual en la DM tipo 2. En los pacientes con DM tipo 1 menores de 12 años, la revisión es al cabo de 5 años de evolución y anual a partir de los 12 años. Pacientes> 65 años con buen control metabólico se puede hacer cada 2
años si el 1 º control es normal.
Nefropatía: La determinación de la excreción urinaria de albúmina en una muestra de orina considera el paciente portador de proteinuria o nefropatía clínica. Si el primer resultado es patológico es indicado realizar la cuantificación en orina de 24 horas. Si los niveles de albúmina están entre 20-200 micrg / min o entre 30-300 mg / día en dos ocasiones, se considera que el paciente es portador de microalbuminuria, si los niveles que presenta son superiores a los fijados anteriormente se le considera portador de proteinuria clínica.
 
En estos casos es obligatorio monitorizar la función renal (aclaramiento de creatinina) anualmente o, si no, bianualmente. En el momento del diagnóstico de diabetes, se debe realizar una determinación de microalbuminuria y el índice de creatinina-albúmina, en orina nocturna (8 horas). Si el resultado es patológico es indicada la cuantificación en orina de 24 horas y el aclaramiento de creatinina.
En los pacientes con microalbuminuria (> 20 micrg / min) debe iniciar tratamiento con IECA o ARA II (Ibersartrán). Debe descartarse su presencia en el momento del diagnóstico de la DM y anualmente, siempre que los valores de albúmina se mantengan dentro de los límites que se consideran normales.
Neuropatía: Su diagnóstico se basa en criterios clínicos por medio de la exploración física y la anamnesis dirigida. En los pacientes asintomáticos y / o con neuropatía, la EMG no se considera necesario para el diagnóstico clínico de polineuropatía. El EMG se debe realizar en casos planteen dudas diagnósticas.

Macroangiopatía: Deben tenerse en cuenta los factores de riesgo cardiovascular asociados (obesidad, dislipemia, hipertensión y tabaquismo) que habrá que controlar de acuerdo con lo establecido en las guías de manejo correspondientes.
Enfermedad vascular periférica: Su detección se realiza mediante el examen de los pulsos periféricos y la realización de un Doppler en extremidades si existen síntomas sugestivos o úlceras a las EEII. Esta prueba debe realizarse cada dos años o anualmente si existen otras factores de riesgo asociados.
Si el índice en el examen Doppler es inferior a 0,7, hay que realizar consulta a cirugía vascular.
Cardiopatía isquémica: Hay que realizar un ECG cada dos años o anualmente si presenta otro factor de riesgo cardiovascular asociado.

Pie del diabético: La neuropatía y / o la vasculopatía periférica pueden dar lugar a problemas de ulceración, infección y gangrena a nivel de las extremidades inferiores que pueden acabar en amputación.

Los autocuidados del pie como la higiene, la hidratación y el cuidado de las uñas son elementos fundamentales en la prevención de esta complicación y es un punto fundamental en educación diabetológica. En todos los diabéticos tipo 2 y en los de tipo 1 de más de 10 años de evolución se debe revisar anualmente. En los pacientes con riesgo de padecer pie del diabético se controlar cada 6 meses como mínimo (DM de más de 10 años de evolución, hábito tabáquico, síntomas y signos de neuropatía y vasculopatía diabética, historia previa de lesiones en los pies, factores individuales, existencia de retinopatía y nefropatía y grado
deficiente de autonomía para el autocuidado),