Vida en el hospital de quemados graves

Estás solo, sin la compañía de los más cercanos, tienes mucho dolor ... La vida en el hospital, coinciden los cuatro grandes quemados entrevistados, que es muy dura. Los cuatro están de acuerdo en que el tiempo en el hospital es eterno, y uno de los hechos más duros es no poder estar en contacto con tu familia y amigos.
Coinciden también, en el hecho de que cuando ellos estuvieron ingresados ​​los períodos de visitas eran mucho más estrictos que los de hoy en día. Anteriormente un cristal te separaba de las personas que te visitaban, con las que podías hablar con él a través de un teléfono. Hoy en día es más permisivo puesto que se ha comprobado que un mínimo contacto favorece de forma considerable la progresión del paciente.
Los grandes quemados son pacientes con una hospitalización muy larga, sometidos a cuidados repetidos diariamente y muy dolorosas. El hecho de estar tanto tiempo hospitalizado (de dos a seis meses), hace que puedas ir tomando conciencia de todo lo sucedido, de todo lo que has vivido, y las limitaciones y repercusiones que te comportará esto en tu futuro una vez salgas del hospital.
Xavi afirma que fue tomando conciencia de lo que le había pasado los días posteriores de haber despertado del coma. En Delfín, coincidiendo con Xavi, cree que tomó conciencia a medida que avanzaban los días, y que hechos tanto intranscendentals como cuando le cortaban la ropa porque no le podían sacar por el procedimiento habitual en el momento del ingreso, la han marcado mucho, e hicieron que tomara conciencia de la gravedad de lo que estaba sufriendo. Marta, fue tomar conciencia dos meses y medio después del accidente, cuando ya le fueron reducir la sedación.
Poco a poco, fue sabiendo que había perdido una mano, y se hizo la idea de todo lo que le esperaba. Jan también está de acuerdo con ellos, y aporta una reflexión personal muy interesante: "Empecé a tomar conciencia a los tres o cuatro meses de estar ingresado, ya que el tiempo allí es bastante relativo, estas muy solo, (...) pero verdaderamente, cuando coges conciencia de lo que te ha pasado es cuando te dan el alta.
Los primeros meses de estar ingresado te das cuenta de la parte física, pero la parte psicológica te afecta cuando sales a la calle. " Están de acuerdo que el dolor es el principal causante que hace que la estancia en el hospital sea horrible y que se haga eterna. Xavi, Jan y Marta estuvieron en coma inducido, el primero, tres semanas, y Jan y Marta, dos meses.
Afirman que los días posteriores de despertar del coma fueron los peores, y
que el hecho de estar tan sedado, con tantas dosis de morfina para no sufrir tanto dolor, ayudan, pero por otra parte, como es el caso del Jan le crearon muchos pesadillas y malestares que convirtieron su ingreso en una odisea.
Jan nos explica que: "Tenía muchos pesadillas que hacían que no supiera dónde estaba y confundía con la realidad. Por culpa de la morfina que me administren para no sentir tanto dolor, tenía sueños que me daban la sensación de que estuviera viviendo otra vida.
Soñaba con guerras al estilo de la segunda guerra mundial, guerras de caballeros, en las que yo era el perseguido, pero cuando me estaban a punto de asesinar, se acababa el sueño, pero en empezaba otro de peor, que tampoco acababa y sufría hasta el final y cuando acababa tenía dudas de si lo me estaba pasando de verdad. Es una sensación muy estresante pues no puedes hablar y por tanto no puedes preguntar a nadie si es real o no, lo que hace que sufras mucho. Cuando se llega al punto que poco a poco te van retirando el mórficos, te aparecen muchas dudas ya que hay episodios que no sabes si los has vivido o has soñado. "Durante este trozo de la entrevista, Jan transmitía una emoción única en relatar hechos tan angustiosos que había vivido en primera persona.
Explicó también, que con la ayuda del psiquiatra, el doctor Argüello, pudo crear una pequeña hipótesis sobre la causa de los sueños relacionados con las guerras: "Llegamos a la conclusión de que el hecho de que soñara con tantas guerras podía deberse a que cuando me hacían las curas yo estaba sedado, rodeado de aparatos que controlan las constantes vitales y los médicos cuando hablan dicen: "bomba1", "bomba 2", "bomba3" ... El hecho de hablar de bombas hace que tú mismo, inconscientemente, introduzcas estos conceptos en tu pensamiento. "
Todos ellos afirman que fueron unos días muy duros, iban todos vendajes, lo que les dificultaba aún más la movilidad. Otro hecho que les hacía la vida tan complicada dentro del hospital era que no podían ver. En Delfín no se quemó la cara, pero aún así, con toda la inflamación que sufrió estuvo unos tres días sin poder ver. Nos explica que: "Van Fueron unos días muy críticos, iba todo vendado, parecía una momia. Los primeros días los pasos de una manera muy inconsciente, ya que estas bastante sedado para no sufrir tanto dolor, pero aún así la primera semana quería morirme ... no veía, me costaba respirar y pensaba que si aquello era vida, yo no quería vivir.

"Por otra Aparte Jan estuvo cuatro meses sin ser capaz de poder ver, incluso todo los pronósticos de los médicos eran que no sería capaz de conseguirlo. Marta se vio afectada de un ojo, pero podía ver con el otro.
Por último, Xavi también estuvo los primeros meses sin poder ver nada, ya que se quemó la retina del ojo izquierdo, y esto supuso que durante casi un año no viera, y después de cinco años, aunque no ve bien y siempre le lloran los ojos. Los cuatro concluyen que estos hechos hicieron de sus correspondientes ingresos una verdadero pesadilla.