Papel del Juego.
Una parte crucial en la
vida del niño, es el juego, este ayuda al desarrollo tanto
físico como psíquico. Participa en el desarrollo del lenguaje, la Imaginación,
el pensamiento, la memoria y otras. Constituye una expresión autentica, que
refleja la fuerza interna propia de la edad y en el ámbito hospitalario sirve
ya para detectar trastornos específicos como para liberar la limitación de las
actividades habituales que la hospitalización impone. El juego en este caso le
permite eludir todas las situaciones estresantes ya expresadas, participar, ser
libre, tomar decisiones y otras actividades que se limitan en el entorno del
manejo hospitalario.
El papel
del juego en el ámbito hospitalario ha mostrado efectos al menos desde la
década del 80. En un trabajo de Ribeiro demostró que con el uso del juego terapéutico
los niños recuperaron su estado emocional, y en la comunicación con el personal
de salud y familiares en comparación al inicio de la hospitalización. También
en el 2004, Mitre
& Gomes, observaron progresos en el área cognitiva y afectiva de los niños
hospitalizados en instituciones donde se usó el juego como terapia. Las experiencias
se multiplican y se adaptaban según sea el caso, de manera que siempre resulta
en un saldo positivo para el niño y por añadidura a los acompañantes.
La Terapia Narrativa.
Surgida en el espacio de la psicoterapia, su implementación,
implica escuchar y establecer estrategias a partir de historia contadas por las
personas sobre los problemas de su vida. Pudiera resultar difícil de imaginar
que el solo acto de conversar pueda modificar realidades y conceptos aprendidos
en otras experiencias. Sobre todo en el caso de los niños los puentes de
significado que se construyen con esta terapia, favorece que se establezcan
avances curativos reales. La confrontación con otras experiencias, crean un
ambiente propicio para el desarrollo de un espacio favorable para la esperanza,
el entendimiento, la aceptación y la solución de conflictos relacionados con el
diagnóstico y el tratamiento por vías propias, donde el niño es el principal
protagonista. En efecto, según Freeman,
Lopston, y Stacey, los niños prefieren situaciones de acercamiento donde esté
presente la diversión; el uso de un lenguaje excesivamente serio dificulta la
comunicación, por el contrario el lenguaje desenfadado, las situaciones que
pongan en alerta su curiosidad permiten un acercamiento más adecuado en la solución
de los problemas.
El Arte terapia.
El uso del arte como instrumento de curación, ha
sido manejado desde hace varios años, la presencia del esta manifestación como
instrumento de transformación en el niño también ha ocupado un lugar importante
en las estrategias del enfrentamiento diferentes situaciones. Su carácter
individual y creativo versátil, cómodo, la convierte en un recurso muy
socorrido. Es por esto que su uso se ha extendió a las unidades del atención al
paciente pediátrico al rescate de todo lo dicho sobre las características que
una estancia hospitalaria supone. Los conocedores del tema, alegan que una vez
que el paciente sea capaz de expresar su individualidad creativa a través del
arte aún en un espacio tan difícil como el hospital, ya está presente la raíz
de la curación. Más allá del uso del arte gráfico en la detección de trastornos
emocionales, esta manifestación surge como un pilar del tratamiento integral
del estos pacientes. El arte como en otros casos representa una salida, un
medio de expresión, sobre lo que le preocupa o afecta, un estado de ánimo,
legitimo, y sin interpretaciones subjetivas.
Un
padre adecuadamente informado y atendido a través de informaciones educativas adecuadas
y adaptadas a su capacidad, transmite confianza y tranquilidad al paciente, ya
que la familia es quien asume la responsabilidad del cuidado del paciente ;
y aún en las unidades de cuidados intensivos donde el personal de salud tiene más
participación en el cuidado, se deben crear puentes de comunicación adecuada que
lleguen al paciente pediátrico paliando todas las representaciones negativas
que este ha adquirido durante la enfermedad. En ese aspecto, Grahn asevera con que la mayor necesidad que se presenta en
la familia es la información, la necesidad de que esta sea orientadora,
suficiente, aterrizada al problema demuestra un acercamiento positivo por parte
de la institución y facilita el proceso de adaptación a la nueva experiencia. Tiene importancia también la puesta en marcha
de estrategias de apoyo que permitan el afrontamiento que sean convenientes a las
demandas que impone la nueva situación y que supera en la mayoría de los casos
los recursos de la familia e incluso los del personal de salud, recae entonces
en manos del profesional entrenado en la Pedagogía Hospitalaria esta función
sumamente importante y ciertamente paliativa.