El trastorno bipolar tipo I es una
enfermedad de gran costo existencial, familiar y socioeconómico. Se caracteriza
por episodios cíclicos de oscilación del estado de ánimo o tono energético
vital, de días, semanas o meses de duración, que pueden ir desde el apagamiento
o depresión hasta la exaltación o manía. Estos ciclos están separados por
periodos de remisión completa de la sintomatología. Su curso es generalmente
crónico y recurrente. La prevalencia del TAB I en la población general oscila
entre el 0,4% y el 1,6%. En Colombia es de 1,2%, de acuerdo con el Segundo
Estudio de Salud Mental realizado en 1997.
La etiología del TAB I parece estar
relacionada con factores genéticos, como lo han indicado estudios en diferentes
grupos poblacionales. En la Universidad de Antioquia, se han realizado
investigaciones en genética del TAB I, pues la población antioqueña ofrece
ventajas para los estudios de mapeo de genes en entidades con herencia
compleja, por ejemplo, fundación por un pequeño número de amerindios, españoles
y africanos; ausencia de nuevas inmigraciones, conservación de apellidos de los
primeros españoles; grandes grupos familiares con escasa movilidad, y
disponibilidad de registros civiles y eclesiásticos. Los resultados de la
investigación realizada deja ver que el 50% de los pacientes que fueron objeto
de investigación tenía una duración del trastorno de 10,5 años, una edad de
inicio que estaba por debajo de 24 años y presentaba al menos un trastorno por
año.
El 85% de los episodios eran maniacos y el 10% depresivos. Las
conclusiones de la investigación revelan que las características clínicas del
grupo de pacientes son similares a las descritas en la literatura médica. En su relación con la variable sexo, a raíz de
las últimas investigaciones fuera de diferencias no estadísticamente
significativa en poblaciones pequeñas, a excepción de los del trastorno
depresivo mayor que es más frecuente en mujeres, no hay un predilección por un género
para el trastorno bipolar tipo I. Sin embargo este parece tener mayor relación con
el orden en que aparecen los episodios maníacos y depresivos mayores. En el sexo
masculino es más frecuente que el primer episodio sea un episodio maníaco. Mientras
que un episodio depresivo mayor es más probable en las mujeres. Esta entidad a
lo largo de su estudio ha demostrado mayor tasa de recaída(de 8 a 12 episodios
de depresión mayor y de 4 a 8 episodios maniacos) así como conflictos en la
adherencia al tratamiento, lo cual ha captado la atención de los profesionales
de la psicología en el uso de terapias
manejo para farmacológico de estos pacientes.