La insulina es una hormona que fabrican las células beta del páncreas, el
cual es una glándula situada en el abdomen por debajo del estómago. La insulina sirve para hacer entrar el azúcar dentro de las células del organismo, para que se pueda quemar y producir
energía. Por ello, la falta de insulina provoca un cansancio anormal.
La insulina sirve también para aprovechar correctamente todos los
alimentos. Hace que se puedan almacenar en nuestro cuerpo para ser utilizados
cuando se necesita energía en hacer un esfuerzo o en periodos de ayuno. Los
azúcares se guardan fundamentalmente en el hígado en forma de glucógeno, las
proteínas, en el músculo, y las grasas, en las células del tejido graso
(adipocitos).
En determinadas situaciones de necesidad, tanto las proteínas como las
grasas se pueden transformar en glucosa para aportar energía.
1. Permite que la glucosa pueda penetrar en el interior de las células.
2. Asegura las reservas de glucosa en el hígado en forma de glucógeno.
3. Favorece la almacenamiento de las grasas.
4. Estimula la producción (síntesis) de proteínas.
Cuando no se dispone de insulina, los azúcares no pueden entrar dentro de
las células y se quedan circulando en la sangre en cantidades anormalmente
elevadas (hiperglucemia) Este exceso de glucosa en la sangre se elimina por la
orina, lo que produce una cantidad excesiva de orina (poliuria). Como se pierde
mucho líquido por la orina, se tiene mucha sed y se bebe mucho (polidipsia).
Por tanto, el diabético no orina porque haya bebido demasiado líquido, sino
que necesita beber para orina mucho y para evitar quedarse deshidratado. La sed y el aumento del volumen de orina son a menudo los primeros síntomas de la diabetes.
En esta situación de falta de insulina, los alimentos no pueden almacenarse y se desaprovechan. Al no poder utilizar la glucosa, el organismo le falta
energía y ha de emplear las grasas y las proteínas de reserva como alternativa
necesaria. Por tanto, la pérdida de peso es la consecuencia inmediata. Cuando empieza a escasear la insulina, como que falta energía, se tiene mucha
hambre (Polifagia).
El hecho de no tener suficiente energía provoca cansancio (astenia). La utilización de las grasas como fuente de energía hace que aparezca acetona en
la orina (Cetonuria) y que se pierda el apetito.
• Se tienen muchas ganas de orinar (poliuria).
• Se tiene mucha sed (polidipsia).
• Hay pérdida de peso.
• Primero se tiene mucha hambre (polifagia).
• Después, se pierde progresivamente el apetito y aparece cansancio
(astenia).
La auténtica prevención de la diabetes 1 está todavía en fase de estudio.
Se están ensayando diferentes tratamientos en familiares (hermanos, padres o
hijos) de personas que ya son diabéticas, con productos que, regulando el
proceso inmunitario, retrasan la destrucción de las células que fabrican la
insulina. La imposibilidad de prevenir eficazmente la aparición de la DM1 no
debe hacer olvidar la importancia de la prevención de las complicaciones,
basada en el diagnóstico precoz y el tratamiento adecuado.
En este momento, el único tratamiento para la diabetes tipo 1 es la
insulina. No hay que buscar otros tratamientos, ya que pueden ser peligrosos.
El trasplante de islotes de células beta no ha dado, hasta ahora, los
resultados esperados. Actualmente, están investigando los genes que fabrican la
insulina.
Sólo con la insulina no es suficiente para tratar correctamente la diabetes
y controlar la glucemia. Cuanta más información se tenga sobre la diabetes, más
fácil será tomar las decisiones correctas que permitirán gestionar adecuadamente
la enfermedad y de manera más autónoma.
Se necesita tener conocimientos sobre alimentación para saber cuál es la
más
adecuada para que el azúcar se mantenga en la sangre dentro de los niveles de normalidad.
adecuada para que el azúcar se mantenga en la sangre dentro de los niveles de normalidad.
También es muy conveniente tener conocimientos de lo que ocurre con el
azúcar en la sangre cuando se practica ejercicio físico, ya que pueden ayudar a
regular la glucemia.
Conviene saber el nivel de azúcar en la sangre para coordinar la
alimentación, el ejercicio físico y la dosis de insulina que hay administrarse.
Por lo tanto, se deben hacer a menudo autoanálisis de glucemia.