La alimentación recomendada a la persona con diabetes no requiere adquirir
productos especiales, ni tampoco un presupuesto superior. El diabético debe
poder adaptarse en la planificación de menús familiares, laborales, escolares,
etc., siempre que éstos sean variados y equilibrados. Sin embargo, es
conveniente conocer la oferta de productos dietéticos que hay en el mercado,
sus ventajas y sus inconvenientes.
Los productos dietéticos siempre deben llevar la composición nutricional en
la envoltura, es decir, la cantidad de energía, de proteínas, azúcares, grasas,
etc., por 100 g de producto o por unidad de consumo. Los productos más aconsejables son, básicamente, aquellos que contienen una proporción
de azúcares o glúcidos muy inferior al producto no dietético y que, por tanto,
no es necesario que sean calculados ni sustituidos. En este sentido, podemos
encontrar:
• Bebidas refrescantes light, de cola, naranja, limón ... (bebidas
edulcoradas con edulcorantes no nutritivos).
• Chicles y caramelos sin azúcar (normalmente endulzados con xilitol o
manitol).
• Cacao para añadir a la leche y los yogures con un contenido inferior al
20% en azúcares.• Mermeladas con un contenido en azúcares inferior al 10%. En este caso, una
cucharada sopera de mermelada representaría aproximadamente de 1 a 2 g de azúcar, cantidad prácticamente invalorable. Este tipo de mermeladas se pueden utilizar para añadir los yogures naturales, a un par de tostadas o galletas, en el desayuno o la merienda o bien en la preparación de algunos postres especiales.
En cuanto a las galletas y la bollería especial para personas con diabetes,
es difícil encontrar algún producto con características apropiadas, ya que la
mayor parte del contenido en azúcares o hidratos de carbono de estos productos
procede de las mismas harinas, que son el ingrediente básico.
El enunciado "sin azúcar añadido" no quiere decir que el producto se pueda tomar de forma libre, ya que, aunque no se haya añadido azúcar, puede ser que el alimento o la bebida ya tuviera una buena proporción.
El enunciado "sin azúcar añadido" no quiere decir que el producto se pueda tomar de forma libre, ya que, aunque no se haya añadido azúcar, puede ser que el alimento o la bebida ya tuviera una buena proporción.