Alimentacion y diabetes

La alimentación que se propone a la persona con diabetes debe ser lo más parecido mejor a la alimentación equilibrada que se recomienda al resto de la población, es decir, suficiente para que cubra las necesidades propias de cada edad y situación, adaptada al estilo de vida y al ritmo de actividades, y sobre todo muy variada y agradable.
 
En este sentido es importante implicar a toda la familia en la búsqueda de una conducta alimentaria más saludable. Los principales objetivos de la propuesta alimentaria son:
• Garantizar un estado nutricional óptimo, sin excesos ni carencias, que facilite el mantenimiento de un peso adecuado.
• Ayudar a mantener un equilibrio metabólico, es decir, evitar las amplias oscilaciones los niveles de azúcar en la sangre, hipoglucemias y hiperglucemias, en coordinación con el tratamiento farmacológico y la actividad física.
• Facilitar la modificación de las conductas dietéticas familiares desequilibradas (exceso de grasas, azúcares y golosinas y bajo consumo de verduras, hortalizas y frutas ...).
• Preservar la dimensión social, cultural, lúdica, educativa y de placer de la comida, todo adaptando la propuesta en el entorno escolar, laboral y familiar de la persona con diabetes.
Hace falta pues que la propuesta dietética sea individualizada, pactada, bien
variada, agradable y satisfactoria. Para poder interpretar de forma adecuada una propuesta dietética, es conveniente tener unas nociones básicas de alimentación y nutrición.
Los alimentos pueden ser de origen animal (leche, huevos, carnes, pescados, etc.), De origen vegetal (Legumbres, cereales, verduras, frutas, aceites, etc.) O de origen mineral (sal, etc.). Todos representan nuestra fuente de energía y de sustancias nutritivas, que se encuentran en diferentes proporciones en cada uno de los alimentos.
Dentro de los alimentos encontramos las sustancias nutritivas o nutrientes siguientes: hidratos de carbono (también conocidos como glúcidos, azúcares, sacáridos o carbohidratos), proteínas, grasas (o lípidos), agua, vitaminas y sales minerales.
De estas sustancias nutritivas, hay tres que son energéticas, es decir, que nos
proporcionan energía: los hidratos de carbono, las proteínas y las grasas. En cambio, el agua, las sales minerales y las vitaminas no son energéticas, no proporcionan energía.
Los alimentos pueden clasificarse de acuerdo con:
• Su contenido en nutrientes (alimentos glucídicos, proteicos y grasos)
• Su origen (animal, vegetal o mineral)
• La función que tienen en nuestro organismo (alimentos reguladores, energéticos o constructores)
La clasificación más frecuente suele hacerse en relación con el contenido de nutrientes:

• Grupo de la leche y sus derivados (grupo rico en agua, proteínas, grasas y calcio).
• Grupo de las carnes, huevos, pescados y aves (rico en proteínas, grasas ....).
• Grupo de las verduras y hortalizas (rico en agua, fibras vegetales, vitaminas y minerales).
• Grupo de la fruta (rico en agua, azúcares, vitaminas, minerales y fibras).
• Grupo de los cereales, legumbres, patatas ... (rico en hidratos de carbono  complejos, proteínas, fibras, vitaminas y minerales).
• Grupo de los aceites (rico en grasas o lípidos) y las frutas secas (ricas en lípidos, proteínas y fibras).
 
Para conseguir una alimentación equilibrada y saludable, es necesario comer alimentos de todos los grupos básicos, con bastante variedad y en las cantidades adecuadas. Nuestro organismo, para crecer y para funcionar, requiere energía que se obtiene de los alimentos. La energía contenida en los alimentos y la energía que consumimos se mide en calorías. Es decir, las calorías son las unidades con las que se mide la energía que proporcionan los diferentes alimentos y que se gasta en cualquier actividad de nuestro
organismo, como respirar, caminar, dormir, estudiar, jugar, etc.
La caloría es una unidad pequeña y por ello, normalmente, tanto las dietas como la información nutricional de los alimentos indica en kilocalorías o kcal (1000 hay = 1 kcal), aunque a menudo se utiliza el término caloría.

cantidad de energía que diariamente consume la persona con diabetes depende, (Como en el resto de la población), de parámetros como la altura, el peso, la complexión, la edad, el sexo y la actividad física.

En el caso de los niños, se utiliza un sencillo sistema para calcular de forma aproximada la energía, partiendo de 1.000 kcal de base (energía se deduce como requerimiento para el primer año), más 100 kcal por cada año de edad. Por ejemplo, un niño de 8 años en necesitaría 1.000 + (8 x 100) = 1.800 kcal diarias aproximadamente.
Esta forma de calcular las necesidades energéticas diarias es válida hasta los 15 - 17 años en los niños y hasta los 14-15 en las niñas. A partir de esta edad, las necesidades calóricas ya han de tener en cuenta, además de la edad, aspectos como el sexo, la complexión, la cantidad de ejercicio, etc.
Para que la alimentación sea equilibrada, el total de la energía ingerida debería
proceder:
• En un 50-60% de los hidratos de carbono

• En un 12-15% de las proteínas
• En un 30-35% de los lípidos o grasas
(Estos porcentajes son los recomendados para toda la población.) Las 1.800 kcal que, como se ha dicho antes, requeriría aproximadamente un niño de 8 años, deberían estar distribuidas de la siguiente manera:
• El 50%, es decir 900 kcal, deberían proceder de los hidratos de carbono. Como sea que 1g de hidratos proporciona a nuestro organismo, aproximadamente, 4 kcal de energía, una dieta de 1.800 kcal contendrá más o menos 225 g de hidratos de carbono o glúcidos (900 kcal: 4 kcal = 225 g de hidratos).

• El 15% de proteínas, lo cual representa 270 kcal, 1 g de proteínas también
proporciona aproximadamente 4 kcal de energía, por lo tanto, esto supone unos 67,5 g de proteínas (270 kcal: 4 kcal = 67,5 g.).
• El 35% de grasas, es decir, 630 kcal, 1 g de grasa proporciona aproximadamente 9 kcal de energía, lo que significa unos 70 g de grasa (630 kcal: 9 kcal = 70 g de grasa). 1 g de hidratos de carbono 4 kcal / 1 g de proteínas 4 kcal / 1 g grasa 9 kcal
Son sustancias nutritivas o nutrientes que se encuentran principalmente en los alimentos vegetales y se pueden presentar en forma simple o compleja. Hidratos de carbono simples o azúcares (monosacáridos y disacáridos):

Glucosa: está formada por una sola molécula, por eso se llama monosacárido; se encuentra principalmente en la fruta madura.
La mayoría de los hidratos de carbono quedan transformados en glucosa después de la digestión para poder ser absorbidos en el intestino.
Fructosa: está formada por una sola molécula y se encuentra en todas las frutas. La glucosa y la fructosa son los monosacáridos principales de la miel. Es el hidrato de carbono con más poder edulcorante.
Lactosa: está formada por dos moléculas, por eso se llama disacárido (glucosa y galactosa), se encuentra en la leche y los yogures. Sacarosa: está formada por dos moléculas (glucosa y fructosa), es el azúcar común que se obtiene de la remolacha y de la caña de azúcar. Se encuentra en pequeñas cantidades en frutas y algunas raíces.
Estos azúcares, los monosacáridos y los disacáridos, se les conoce con el nombre de azúcares simples, son de rápida absorción si no están acompañados de otros alimentos ricos en fibras, grasas y proteínas. Cuando se acompañan de estas sustancias se comportan como azúcares de más lenta absorción.
Los hidratos de carbono complejos o polisacáridos son los que están formados por la unión de muchos hidratos simples. Para poder pasar a la sangre deben transformarse en azúcares simples durante el proceso digestivo, concretamente en glucosa. Debido a este proceso, los hidratos de carbono complejos se absorben con mayor lentitud.
Almidón: se encuentra en los vegetales, cereales, tubérculos, legumbres, etc.
Glucógeno: se encuentra en cantidades muy pequeñas en el hígado y los músculos de los animales. Cabe recordar que la rapidez de absorción de un azúcar no depende solamente del hecho de que sea más sencillo o más complejo, sino también de la técnica de preparación o cocción que haya
aplicado y de la presencia o no de otros alimentos que se ingieran al mismo tiempo.

Por ejemplo:
Absorbe con más rapidez un zumo de manzana que una manzana al horno, o que una manzana entera pelada, o que una manzana entera con piel. Esta rapidez de absorción también variará según si la manzana se toma sola a media tarde (absorción más rápida) o bien como postre de una comida, en este último caso la absorción será más lenta.
El proceso de absorción de un alimento que contenga azúcares sencillos ralentiza considerablemente cuando se mezcla con grasas y fibras.

Alimentos con carbohidratos sencillos o azúcares
Bebidas azucaradas, jugos de fruta (naturales o envasados), bebidas refrescantes (colas, naranjadas), azúcares, caramelos, frutas (melón, pera, plátano, manzana ...), lácteos descremados.
Alimentos con carbohidratos complejos
Farináceos refinados: biscotes, arroz, patatas, pan, pasta. Lácteos: leche, yogur. Alimentos con carbohidratos complejos y fibras
Legumbres (garbanzos, judías, habas, guisantes, lentejas).
Cereales integrales (pan, arroz, pasta integral).
Verduras y hortalizas.
La principal función de los hidratos de carbono en nuestro organismo es proporcionar energía para que se puedan llevar a cabo las actividades cotidianas. Los hidratos de carbono son los nutrientes que se deben ingerir en cantidades más grandes.
Para que una dieta sea saludable, debe ser bastante rica en carbohidratos, sobre todo complejos. En el caso de las personas con diabetes, es importante que estos carbohidratos sean mayoritariamente complejos y estén bien repartidos en largo del día para conseguir un buen perfil de los niveles de azúcar en la sangre.
Se define una ración como aquella cantidad de alimento que contiene 10 g
de hidratos de carbono. Este es un método para realizar equivalencias entre los alimentos ricos en carbohidratos (otros métodos son las equivalencias por medidas caseras o bien por gramajes). El concepto de ración como cantidad que contiene 10 g de hidratos de carbono se consensuó entre los profesionales sanitarios de nuestro país en 1991.
Hay que decir, sin embargo, que en otros países las raciones se pueden considerar con distintos contenidos. A continuación se facilitan unas tablas resumidas de equivalencias entre los alimentos glucídicos de consumo más frecuente.

En las siguientes tablas se agrupan diferentes alimentos con la característica común de que todos contienen 10 g de hidratos de carbono.
Se considera 1 ración de alimento glucídico la cantidad de alimento que contiene 10 g de hidratos de carbono.