La familia y el trastorno bipolar

·        CARGA FAMILIAR

El desorden bipolar no sólo afecta al paciente que lo soporta sino también a las personas con quien coexiste, aquellos que no sólo sufren las consecuencias de la enfermedad sino que a menudo ellos terminan adoptando la función de cuidadores. Entre la enfermedad y el funcionamiento familiar se establece una relación bidireccional, en la cual el desorden bipolar afecta en el funcionamiento familiar y, simultáneamente, el funcionamiento arriba mencionado afecta al curso del desorden.

El concepto de la carga familiar recibe la fuerza principalmente de desinstitucionalización progresivo de los pacientes con la patología psiquiátrica animada por los avances farmacológicos, que supusieron que muchas familias adoptaban el papel de cuidadores. La coexistencia con un paciente psiquiátrico generalmente produce una serie de modificaciones en la vida de aquellos que coexisten con el paciente, generando una sensación de carga en los cuidadores. En estos, a saber de  Fadden y cols. se ven afectados en las  actividades sociales y de ocio, además del ámbito económico. Por otra parte Perlick y cols, llegaron a las conclusión en un estudio que el 93 % de familiares de pacientes bipolares expresaban estrés asociado a la sintomatología del paciente, y demás efectos de la enfermedad. La especial influencia de implicaciones en la percepción de la carga obliga a subrayar la importancia de realizar intervenciones instruyendo a los familiares acerca de la enfermedad y sus estilos de afrontamiento.
 
·        EMOCIÓN EXPRESADA

La relación directa entre funcionamiento familiar y evolución del trastorno bipolar es ciencia constituida. La llegada del trastorno produce una gama de reacciones emocionales en el paciente y su familia englobado de manera habitual en el proceso de aceptación de la enfermedad. Estas según el carácter de las mismas y la persistencia en el tiempo tienen un valor significativo, incluso predictor en la evolución de la enfermedad. Cada nuevo episodio de la enfermedad altera el equilibrio familiar e implica la necesidad de recurrir a diversas estrategias de afrontamiento.

Destacan en esa área los múltiples estudios de Miklowitz y cols, demostraron la relación entre alta EE era alta con  estilo afectivo negativo y la cantidad de recaídas, de forma directamente proporcional. Esta relación también se demuestra en estudios como los de Priebe y cols. y los de Honig y cols citados en el trabajo sobre intervenciones familiares en el trastorno bipolar de Soares y Calil. Ahí se establece la relación entre las familias con alta EE, y el número de hospitalizaciones de los casos. Las limitaciones concretas de estos estudios radican en la adecuada diferenciación en el aspecto metodológico de la distinción entre las causas y las consecuencias del trastorno.

·        INTERVENCIÓN FAMILIAR EN EL TRASTORNO BIPOLAR

Como se ha explicado la intervención enfocada a la familiar busca dotar a las familias de una gama de elementos educativos que buscan mejorar, por parte de la familia su comprensión sobre la enfermedad. Además en esta estrategia los terapeutas buscan canalizar cualquier agresión que puede estar presente el entorno familiar que este incidiendo negativamente el paciente así como promover el nuevo compromiso de los  miembros de la familia y promueven una mezcla equilibrada de la aceptación de las limitaciones del paciente bipolar, así como la necesidad del paciente para tomar la responsabilidad apropiada de edad de su propio bienestar. La dirección a la emoción de familia en TEF puede ser un instrumento poderoso para crear la estabilidad dentro de la unidad de familia y por añadidura prevenir, posibles recurrencias del paciente bipolar  a partir  la reducción de factores de riesgo del ámbito familiar y de la enfermedad misma. Dado el caso la terapia también facilita la participación activa de la familia en el manejo de los pródromos y síntomas que se puedan presentar.