Historia de la medicina natural

La medicina en el siglo XVI
Gracias a la imprenta, los médicos pueden leer los escritos griegos originales y resurge la idea de la capacidad curativa de la physis, pero con matices nuevos: el mecanicista de Leonardo da Vinci y otros apuntan la importancia de la anatomía, el ejercicio muscular y el desarrollo armónico del cuerpo y del espíritu. El vitalismo de Paracelso, que sigue el empirismo hipocrático, considera el universo como un gran organismo vivo e interrelacionado, movido por una fuerza interna que lucha contra la enfermedad; ésta no es un desorden de la naturaleza, sino que es una especie de semilla externa que se implantaban en el cuerpo, además Paracelso teoriza sobre la relación que debe tener el remedio con los síntomas de la enfermedad a tratar.

La medicina en el siglo XVII
Descartes sigue la teoría del racionalismo al considerar el cuerpo humano como algo mecánico y técnico, desprovisto de humanismo. La medicina basada en el método de Descartes (cartesiano) tuvo una influencia posterior que ha perdurado hasta en la actualidad. En cambio, Sydenham (1624-1689) sigue la línea del empirismo clínico; sistematiza las enfermedades y es un seguidor fiel de los criterios hipocráticos. Sydenham considera la enfermedad como una reacción natural hacia la cura. En este siglo se establecen las bases de la hidrología médica, basada en el papel curativo de los manantiales y de los baños termales.
La medicina en el siglo XVIII
En la Ilustración cabe mencionar los vitalistas y los sistemáticos. Los primeros creían que el ser humano tenía una fuerza vital que mantenía vivo el organismo y que luchaba contra las enfermedades, a partir de la observación clínica, el médico tenía que decidir cuando era suficiente el método dietético y cuando tenía que intervenir con medios enérgicos. Los sistemáticos incorporaron a la teoría médica tradicional galénica, los estilos de los siglos anteriores. Fruto de esta recopilación son los libros sobre el ejercicio terapéutico, los masajes, la helioterapia, la climaterapia y la hidroterapia.
En cuanto al uso terapéutico del agua, cabe destacar la difusión de la balneoterapia por todos los países de nuestro continente, así como la creación de centros de aplicación del agua de mar con base científica.
La medicina en el siglo XIX
Se generaliza la práctica de la gimnasia en los ambientes escolar y militar, y se
difunde el masaje terapéutico. En la segunda mitad del siglo resurge de nuevo la medicina hipocrática: se hace un uso integrado de la dieta, las plantas medicinales, la helioterapia, la climaterapia y la hidroterapia. El austriaco Vicente Priessnitz fue el autor de la hidroterapia como ciencia; observó que el agua fría era curativa sólo si se acompañaba de una reacción de calor posterior, es decir, si la piel se enrojece.
El Dr. D. Gleich introdujo el término médico naturista en Alemania en 1849.
El término medicina naturista se establece como reacción al curanderismo de la época que usaba las terapias naturales sin ningún criterio médico.  El divulgador más conocido de la hidroterapia fue el alemán Sebastian Kneipp (1821-1897). Antes de ordenarse sacerdote católico, se curó de la tuberculosis que padecía gracias a los baños metódicos que hacía al Danubio. Luego ensayó los cuidados con compañeros y feligreses de las parroquias donde ejercer.
Fue criticado por los médicos de su época, a pesar de conseguir curar a mucha gente de toda Europa. Su hidroterapia se basaba en chorros y baños fríos, baños de vapor, friegas y envoltorios. Las otras curas que indicaba eran las plantas medicinales, la dieta, el ejercicio y la terapia del orden. Winternitz fue un médico austriaco que favoreció la entrada de la hidroterapia como ciencia en la universidad. Justo, Felke, Bircher-Benner y Kuhne escribieron y practicar sobre varias terapias naturales: baños de aire, uso del barro, vida al aire libre, alimentación vegetariana, etc. Consideraban la enfermedad como el resultado de la acumulación de sustancias extrañas en el cuerpo, que debían eliminar por la orina, las heces y el sudor, para recuperar la salud, en esta línea, la alimentación vegetariana era un medio excelente, también se consideraban los resfriados y la fiebre como «crisis curativas" en las que el cuerpo se libera de todo aquello que tiene de nocivo.
Por último, cabe mencionar a Claude Bernard (1813-1878). Además de ser el padre de la fisiología moderna, fue un impulsor firme de la teoría del «terreno», que es el espacio extracelular donde se encuentra la predisposición a enfermar y que es diferente a cada individuo. Bernard afirmaba que si este espacio no tenía las condiciones adecuadas (Por ejemplo, estaba intoxicado por sustancias nocivas para una alimentación inadecuada), podía alterar la vida celular y ser el origen de enfermedades.
Bernard mantuvo sus ideas contra dos posturas de su época: la de Pasteur, que afirmaba que la causa de las patologías estaba en la virulencia de los gérmenes, y la de Wirchoff, que postulaba que el origen de la enfermedad estaba en las células. Al final, se impusieron las teorías de estos últimos y, por esto, la medicina convencional del siglo XX hizo el giro hacia el uso de los antibióticos y hacia el estudio celular, olvidándose del papel del «terreno» en la fisiología.
La medicina en el siglo XX
LA MEDICINA EN EUROPA
Los seguidores de Kneipp continúan el movimiento «kneippista» que se fue integrando dentro de la medicina naturista de muchos países, sus institutos tienen funciones asistenciales y de docencia. Por otro lado, se incrementa la práctica del ejercicio como agente rehabilitador para los lesionados de la Primera Guerra Mundial y establecen las bases actuales del diversos tipos de masaje terapéutico a partir de la síntesis de las líneas americana, europea y oriental.
En las primeras décadas del siglo XX, las escuelas de osteopatía extienden por Estados Unidos y llegan a Francia y Inglaterra. Luego se volvieron a reintroducir en Francia, de la mano de Robert Maigne, médico francés que puso las bases racionales de la terapia manual. William Garner Sutherland introduce una nueva visión, al aportar sus investigaciones a la terapia craneal. En 1972 la osteopatía fue reconocida por los médicos los Estados Unidos y actualmente también es aceptada en el continente europeo.
En cuanto a la relación entre medicina naturista y universidad, en la Universidad de Viena destaca el Dr. Pischinger, que investiga el espacio extracelular, que es el «Terreno» de C. Bernard. En 1980 en la Universidad Libre de Berlín, se crea la primera cátedra de Medicina Naturista, dirigida por el Dr. Malte Bühring, y en París inicia el diploma universitario con ocho disciplinas de medicina complementaria.
Cursos similares se hacen en la Universidad de Exeter en el Reino Unido, en Berna (Suiza) y en Zúrich (Austria).
LA MEDICINA EN AMÉRICA
 
Manuel Lezaeta y su hijo M. L. Pérez-Catapos son los iniciadores del naturismo a finales del siglo XIX en Chile. Sus cuidados se basaban en dieta vegetariana, ejercicio, fitoterapia, hidroterapia y actitud mental positiva. Posteriormente, el Dr. Pedro Silva Jaramillo es director de una clínica y catedrático de medicina naturista en la Universidad de Santiago de Chile. Otros países donde se ha extendido la medicina natural han sido Perú, Venezuela, México y Cuba, en este último, a la Universidad de Camagüey, los médicos de familia reciben formación durante 4 años en medicina naturista, medicina tradicional china y homeopatía.
Las principales técnicas de relajación tienen su origen en los primeros años del siglo XX. Las primeras publicaciones sobre la relajación progresiva de Jacobson son del 1929, donde definía que si la mente está tranquila, el cuerpo se relaja. Por otra parte, W. Canon es el primer autor que demuestra los cambios fisiológicos del estrés.