El reposo adecuado, junto con una
correcta alimentación y el ejercicio físico, constituyen los tres pilares fundamentales de la medicina natural y de l
estilo de vida saludable desde el nacimiento hasta la muerte. Reposo,
alimentación y ejercicio deben alternarse durante el día, con un ritmo
armonioso, a fin de lograr una buena salud.
Los problemas del sueño no son
raros. Un 10% de la población tiene insomnio crónico y este porcentaje sube al
34% si añadimos los insomnios esporádicos. Con la edad aumentan estos
porcentajes.
Concepto de reposo nocturno adecuado
El reposo nocturno adecuado es la
experiencia de dormir bien, tanto en calidad como en cantidad de horas, por lo
que al día siguiente se pueda tener una calidad de vida sin cansancio, falta de
energía, dificultad de con ¡concentración ni irritabilidad.
Por tanto, la persona que duerme
poco, pero rinde bien al día siguiente, quiere decir que descansa bien de noche
y no sufre insomnio. Cabe recordar que el número de horas necesarias disminuye
fisiológicamente con la edad. Esto se ha comprobado en los estudios de
polisomnografía, que también muestran que la duración del sueño profundo disminuye en los ancianos.
Medidas para dormir bien
Medidas para dormir bien
Aparte de tratar las causas
físicas (el dolor crónico, la enfermedad respiratoria, los trastornos de
próstata u otros) y las causas psiquiátricas del insomnio secundario, las
siguientes medidas han mostrado efectividad para mejorar el sueño:
·
Práctica de ejercicio diario regular. Cuanto más cantidad
de ejercicio se hace. Además efecto positivo se observa sobre el sueño, tanto
para disminuir el insomnio de inicio como para aliviar el insomnio de
mantenimiento. Esto es independiente del sexo, la edad y la presencia o no de
depresión. Es preferible hacer la actividad más intensa por la mañana, dejando
por la tarde las actividades más suaves que hay que hacer a más tardar 2 horas
antes de acostarse. Ver el apartado de ejercicio físico.
·
Terapia cognitiva. Este tratamiento consiste en cambiar
las ideas negativas que tienen todas las personas con problemas de sueño, tanto
primario como secundario (por ejemplo, el dolor crónico). Estos pensamientos
son generadores de emociones estresantes. En estas situaciones, la terapia
cognitivo es útil para romper el círculo vicioso de insomnio: pensamientos
disfuncionales – emociones negativas - más insomnio.
·
Relajación.
·
El dormitorio no debe ser el lugar para ver la
televisión, trabajar, pensar las preocupaciones ni hacer actividades propias del estado de vigilia.
·
El baño caliente (a 40 º C) general o parcial, entre 30
minutos y 2 horas antes de acostar a mejora el sueño intermitente y la calidad
del sueño.
·
Hay que ir a dormir cuando se tiene sueño. Si pasados 20 minutos de estar en la cama no consigue dormir, hay que
levantarse y hacer alguna actividad tranquila fuera de la habitación; cuando
entre el sueño, se vuelve a la cama. Hay que repetir esta pauta tantas
veces como sea necesario.
veces como sea necesario.
·
Levantarse de la cama a la misma hora cada mañana.
·
Evitar hacer siesta. La excepción es en las personas
mayores, siempre y cuando la siesta se haga a primera hora de la tarde y
durante menos de media hora.
·
Hábitos higiénicos del sueño. Son útiles tanto para las
personas mayores como para los niños:
- No dormir de día después de una noche en la que se ha descansado poco.
- No mirar el
reloj cuando no podemos dormir.
- Evitar el
consumo de tabaco, café, té, bebidas de cola, chocolate, otros estimulantes y
bebidas alcohólicas, en las 6 horas antes de acostarse.
- Cena 2 horas antes de acostar-se; comer y beber poco.
- Cena 2 horas antes de acostar-se; comer y beber poco.
- Cuidar las
condiciones físicas del dormitorio para que no haya ruidos, ni luces, ni
temperaturas extremas que alteren el sueño. Si es necesario, se deben usar
tapones para los oídos.
- Las
actividades estimulantes o las que provocan tensión o las preocupaciones no deben
dejarse para el final del día. En cambio, las actividades relajantes, como leer
un libro poco interesante y otros del apartado de relajación, son aconsejables
antes de acostarse.
- Hay que
revisar todas las medicaciones que toma la persona, a fin de buscar aquellas que
puedan interferir con el sueño. El uso de hipnóticos debe limitarse a pocos
días.
Una alternativa
a las benzodiacepinas es la valeriana, la cual no produce somnolencia diurna y tiene pocos efectos secundarios.
·
Restringir el tiempo de estancia en la cama a las horas
que uno duerme de media. Para prescribir el tiempo que se debe estar en la
cama, hay que elaborar un diario del sueño donde se anota el tiempo que se
duerme realmente cada noche. El tiempo prescrito, que no debe ser inferior a 5
horas, se reajustando cada semana según total de horas de sueño.
·
Perder el miedo a no poder dormir de noche. Esto se
consigue si la persona intenta mantenerse despierta tanto como puede, enfrentándose a las ideas de
miedo mencionadas. Así, aumenta la satisfacción para dormir.
·
Relajación. Es útil para reducir la ansiedad de origen y
secundaria al hecho de no poder dormir al principio de la noche. Como ejemplo,
tenemos la relajación que se basa en la respiración profunda o la que alterna
tensión y distensión de todas las partes del cuerpo.
·
Exponer los ojos a la luz del sol. Hacerlo a primera hora
de la mañana y al final de la tarde, puede mejorar la calidad del sueño en las
personas mayores.
·
En cuanto a la cama, la almohada debe tener el grosor
idóneo. El cojín no debe producir curvas dolorosas en el cuello. Las sábanas y
la ropa que se lleve a la hora de acostar- se-lo menos posible-es más adecuado
que sean de algodón, a fin de facilitar la transpiración.
·
Posición que adopta la columna. Tiene implicación a la
hora de dormir bien y por prevenir y reducir el dolor de espalda y la tensión
lumbar. En este sentido, la mejor postura es dormir de lado con las rodillas
flexionadas