El
profesional de enfermería no solo está en la obligación de obedecer lo
ordenado, sino que tiene el deber de salvaguardar la seguridad del paciente
mediante una práctica profesional basada en la excelencia.
Por estas razones la autora considera necesario
basar la discusión del presente sub-capítulo, en el análisis del papel del
profesional de enfermería en los tres
últimos de los cinco aspectos citados por Pasto-Cardona et al (dispensación,
administración y supervisión), con el objetivo de identificar las prácticas y
acciones en el proceso de la administración segura de medicamentos, en los pacientes
ingresados en las Salas de Cuidados Intensivos.
La dispensación comprende actividades de verificación
de fechas de vencimiento de los medicamentos, integridad de los empaques,
almacenamiento adecuado y es un compromiso del farmacéutico, no obstante, el
profesional de enfermería está en la obligación de supervisar estos aspectos
una vez que los medicamentos se reciben en la UCI y detectar cualquier
alteración en la fecha de caducidad, así como la forma adecuada de presentación
y conservación de los mismos. Muchos medicamentos entregados en la unidad de
cuidados intensivos requieren ajuste significativo por el médico solicitante,
la dispensación del farmacéutico, y la enfermera, para que pueda lograrse la eficacia y la
toxicidad puede ser evitada. De ahí que se debe garantizar la presencia del
clínico farmacéutico en las UCI así como una relación estrecha de trabajo entre
este y el profesional de enfermería.
En relación con la administración, este se considera
el elemento clave en el cual el profesional de enfermería juega un papel
protagónico, ya que es quien recibe el medicamento, lo prepara, lo administra
al paciente y monitoriza cualquier efecto indeseable que pueda presentar el
enfermo.
En el párrafo anterior ya se hacía referencia al
control que el enfermero debe tener sobre la dispensación al recibir y mantener
los medicamentos en trabajo mancomunado con el clínico farmacéutico. Esto
impide que se administren medicamentos mal conservados o vencidos en fecha y
por lo tanto evita que se presenten eventos adversos por esta causa. Si esto
ocurre, es decir, que de presente un evento adverso en la administración de
medicamentes, debe el enfermero reportarse al
Clínico farmaceuta para que pueda evaluar el estado del medicamento, fecha de
vencimiento y efectos similares en otros pacientes en los que se está
utilizando el mismo medicamento.
Otro elemento a tener en cuenta para evitar errores en
el medicamento administrado y su calidad es la necesidad de la entrega diaria
por parte del personal de enfermería, los medicamentos en existencia, bien
rotulados, y bien identificada su posición en el lugar de almacenamiento, los
gastos de medicamentos durante el turno de trabajo, así como su conservación de
acuerdo con la temperatura indicada por el fabricante.
Esta entrega garantiza que en una situación emergente
se seleccione el medicamento adecuado y con la calidad requerida. La
preparación de los medicamentos para su administración cobra vital importancia
en los eventos adversos.
Se debe insistir en el estricto cumplimiento de los
procederes establecidos como la organización de los suministros, en este caso se
incluyen la utilización de la bandeja de
medicamentos el carrito que debe ubicarse fuera de la habitación del paciente,
el planeamiento adecuado para administrar la medicación y disponer de las
tarjetas o registros de medicación. En
relación con la tarjeta debe incluir el
nombre del paciente, dosis del medicamento, horario de administración, la ruta
de administración y fecha de vencimiento del medicamento.
La preparación de los medicamentos para su
administración cobra vital importancia en los eventos adversos. Se debe
insistir en el estricto cumplimiento delos procederes establecidos como la organización de los
suministros, en este caso se incluyen la utilización de la bandeja de medicamentos el carrito que
debe ubicarse fuera de la habitación del paciente, el planeamiento adecuado
para administrar la medicación y disponer de las tarjetas o registros de
medicación. En relación con la tarjeta
debe incluir el nombre del paciente,
dosis del medicamento, horario de administración, la ruta de administración y
fecha de vencimiento del medicamento debe comprobarse la orden escrita por el
médico, las posibles reacciones adversas así como cualquier duda o
inconformidad en relación con el medicamento. Como se expresara en párrafos
anteriores los medicamentos deben estas bien organizados y rotulados con objetivo
de evitar errores al tomarlos en el momento de su preparación. Las
tarjetas deben estar archivadas de manera tal que no existan errores en el
momento de utilizarlas y deben ser devueltas para el momento de ser utilizadas
en la próxima administración. Una vez que se ha administrado el medicamento el
enfermero debe establecer una vigilancia presencial para prevenir o detectar
cualquier reacción adversa.
En las Unidades de Cuidados Intensivos estos procederes cobran mayor relevancia, si se tiene en cuenta que más del 90% de los mismos se administran por vía endovenosa. Se ha demostrado que los fármacos administrados por vía intravenosa se asocian con la frecuencia más alta a los errores en la medicación y eventos adversos.
Las investigaciones han reconocido la amenaza mayor
que los medicamentos IV plantean para la seguridad del paciente, y los estudios
sugieren que las estrategias tales como la estandarización de las
concentraciones de infusión intravenosa son útiles en la reducción de errores
de medicación.
Otro aspecto importante es el tipo de medicamento
que se suministra. Ciertas clases de medicamentos siempre han sido
identificados como una grave amenaza para la seguridad del paciente.
Los fármacos y
clases que se relacionaron con las tasas más elevadas de errores en la
medicación comprenden electrolitos como el potasio (por ejemplo, los errores
relacionados con el bolo involuntario de dosis de potasio han dado lugar a
políticas que restringen la disponibilidad de potasio concentrado en las
unidades de enfermería), los antibióticos, los fármacos cardiovasculares y los
anticoagulantes (como la Heparina), todos de uso obligado en las UCI.
Es de capital
importancia tener extremo cuidado al prepararlos y administrarlos, seguir las
normas establecidas de acuerdo con el medicamento en cuestión, revisar de nuevo
la etiqueta del medicamento antes de administrarlo, aplicar las estrategias
básicas de seguridad, tales como estandarización, sólo documentado, órdenes de
control (y de doble control) de los
medicamentos de alto riesgo, así como, las indicaciones médicas reportadas en
la Historia Clínica y el estado renal del paciente.
En
estudio realizado por Soulaymani y col los errores se produjeron en todas las
etapas del proceso de medicación, pero la mayoría sucedieron en la etapa de
administración (mediana 53% de todos los errores, rango 9-90.7%, 25 estudios)
que comprendió el suministro no autorizado de los fármacos (25%, rango 4-28%, 3
estudios) y los errores en la prescripción (16.5%, rango 13-74%, 6 estudios),
en la transcripción de la prescripción (11%, rango 2-14%, 3 estudios) y en la
preparación (13.5%, rango 7-23%, 4 estudios).
Finalmente, no puede desvincularse la administración de los
medicamentos de la supervisión estricta
así como el cumplimiento de las buenas
prácticas mientras se está administrando el medicamento.
La similitud de presentación puede provocar errores
en la selección de los mismos en el momento de su administración,
independientemente de que deben estar organizados de acuerdo con su acción en
las áreas de reanimación cardiopulmonar.
También es
importante para la enfermera conocer la duración de la infusión de drogas
intravenosas, sobre todo si la medicación se administró más rápidamente o
lentamente de lo esperado. La enfermera debe tener un conocimiento sólido de
los posibles efectos secundarios y el intervalo terapéutico de la dosis, los
parámetros que les permita ajustar la dosis, y las herramientas apropiadas para
vigilar la respuesta del paciente y para ayudar a su toma de decisiones
clínicas.
Todos estos
medicamentos requieren una documentación completa valorable por la enfermera para
justificar los cambios en la dosis de acuerdo a los cambios en el estado del
paciente. En última instancia, el objetivo de la valoración se les deje tan
pronto como sea posible, la consecución de los fines para los que se iniciaron
y para evitar los efectos negativos a corto plazo y largo plazo para el
paciente. Limitar el número de personas que mezcla los medicamentos puede
reducir al mínimo los errores. Los programas básicos de enfermería varían en la
preparación en la administración de medicamentos y experiencia en la UCI.
El profesional de enfermería, debe pensar en la
administración de medicamentos e identificar el uso del pensamiento complejo y
la aplicación del conocimiento para evitar los daños indeseables en los
pacientes que se encuentran en las UCI.