EFECTOS FISIOLÓGICOS DE LA RELAJACIÓN
El estado de la relajación corresponde a la activación del sistema nervioso
parasimpático, que es el encargado de contrarrestar los efectos del sistema
simpático estimulado por el estrés. Así, durante y después de la práctica de la
relajación, se obtienen los siguientes efectos:
·
Aumento de la producción de saliva y de lágrimas. Se
estimula la función de las glándulas mucosas gástricas y de las lubricantes del
aparato genital.
·
Reducción de la frecuencia respiratoria, el ritmo
cardíaco, la tensión arterial y del consumo de O2.
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Disminuye el lactato sanguíneo y el envejecimiento
biológico.
·
Mejora del flujo sanguíneo muscular y reducción de la
actividad muscular.
·
Disminución de los niveles de catecolaminas, hormona del
crecimiento, prolactina, peroxidasas lipídicas, TSH, tiroxina y de cortisol.
·
Aumento de las ondas alfa y theta en diversas áreas
corticales, en el electroencefalograma, con más coherencia intrahemisfèrica y
interhemisférica.
·
Aumento de producción de inmunoglobulinas (entre otras,
la IgA de las mucosas) y de células NK inmunitarias e incremento de la
fagocitosis.
·
Mejora de los tiempos de reacción a los estímulos, de la
discriminación auditiva, los hábitos de estudio y de la capacidad de atención.
EFECTOS CLÍNICOS DE LOS ESTADOS DE RELAJACIÓN
EFECTOS CLÍNICOS DE LOS ESTADOS DE RELAJACIÓN
·
Reducción de la mortalidad en pacientes con isquemia coronaria.
y mejoría clínica del dolor por el ejercicio.
·
Mayor y más rápida tolerancia al estrés.
·
Corrección de la posición incorrecta del cuerpo.
·
Mejora el dolor crónico en pacientes neoplásicos o
afectados por otras patologías. Influye en la reducción del dolor agudo, como
la migraña, y disminuye la necesidad de analgésicos en las exploraciones
invasivas, el dolor postoperatorio y el dolor durante el parto.
·
Descenso del número y de la gravedad de los broncoespames
en pacientes con asma.
·
Reducción significativa de las infecciones del tracto
respiratorio superior, por aumento de la IgA en la saliva.
·
Efecto ansiolítico en el trastorno de ansiedad
generalizada y en el trastorno de pánico y en los pacientes con ventilación
mecánica, asociando relajación y musicoterapia.
·
Acción antidepresiva.
·
Mejora de la bulimia, cuando se asocia la relajación con
la terapia cognitivo.
·
Reducción del estrés y mejora de la capacidad cognitiva
en pacientes con esquizofrenia.
·
Mejora del sueño, especialmente si la persona sufre
insomnio crónico, sobre todo en personas mayores.
·
Mejora de los síntomas derivados de la quimioterapia y en
parte los estudios hay aumento de la supervivencia.
·
Mejora de las relaciones interpersonales, de la estabilidad
emocional, del autocontrol y de la capacidad productiva en el trabajo.
dimensiones de la persona.
INDICACIONES DE LA RELAJACIÓN
·
Síndrome ansioso-depresivo.
·
Insomnio.
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Trastorno somatoforme: dolor psicógeno, somatizaciones.
·
Otros tipos de dolor crónico.
·
Bulimia nerviosa.
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Toxicomanías. Alcoholismo.
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Patología respiratoria: asma, enfermedad pulmonar
obstructiva crónica (en este caso serían adecuadas las técnicas de relajación
basadas en la respiración).
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Trastornos psicosomáticos: raquialgias, fibromialgia,
bruxismo, síndrome miofascial, cefalea tensional, migraña, intestino irritable,
gastritis, ulcus gastroduodenal, dispepsia, estreñimiento, colitis, astenia
crónica, hipertensión esencial, vómitos funcionales, tos psicógena, asma,
dermatitis atópica, reacciones de duelo.
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Patrón de conducta tipo A de Friedman.
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Fenómeno de Reynaud, relacionado con el estrés.
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Prevención de las infecciones.
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Prevención primaria y secundaria de las enfermedades
relacionadas con el estrés crónico.
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Prevención primaria y secundaria del síndrome metabólico.
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Prevención primaria y secundaria de la cardiopatía
isquémica, enfermedades autoinmunes y
mentales.
·
En diversas situaciones: preparación para el parto,
entrenamiento deportivo, mejora del aprendizaje escolar, incremento del
bienestar físico y psíquico de las personas mayores.
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Patología física grave (por ejemplo, descompensación
diabética).
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Cirugía reciente (el entrenamiento para la relajación
debe hacerse antes de la intervención).
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Hipotensión postural. Lipotimias.
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Bradicardias. Bloqueo auriculoventricular.
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Trastornos histriónicos. Trastornos graves de la
personalidad.
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Psicosis: durante el brote psicótico.
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Historia de convulsiones.
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Toma de drogas psicodélicas, narcolepsia.
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Niños de edad inferior a 7 años.
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Vivencias estresantes previas a la relajación.
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Rechazo de la terapia.
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Aumento de los dolores a corto plazo en caso de
fibromialgia o raquialgias crónica.
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Hipotensión, mareo y debilidad: incidencia del 1%, más
frecuente si la activación postrelaxació ha sido incompleta, o bien, por un
exceso de sesiones de relajación en el mismo día.
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Frustración, si la persona no se relaja en las primeras
sesiones. Hay que explicar al paciente que se necesita práctica diaria para
llegar a obtener de manera progresiva más efectos positivos.