Bomba de administracion de insulina

El tipo de reparto de la insulina con bomba permite alcanzar un control metabólico más rápido y más estable que con otras alternativas terapéuticas. Otros beneficios del tratamiento con bomba están ligados a: La forma más fisiológica de administrar la insulina, que permite controlar las diferentes necesidades a lo largo del día y dar más flexibilidad de horarios y de ingesta de alimentos.
Una absorción más fiable de la insulina: este hecho está ligado con el tipo de insulina que se utiliza, lispro o regular, y con la forma de administrarla. Una disminución del riesgo de hipoglucemias graves: practicando el mismo control metabólico, la incidencia de hipoglucemias es superior y más grave con dosis múltiples de insulina que con bomba de infusión continúa.
Esta diferencia es debida a que con las bombas es posible adecuar la dosis de insulina de forma más cuidadosa y adaptada a las necesidades fisiológicas, evitando la sobre insulinización en personas muy sensibles a la hormona y que requieren dosis pequeñas de insulina.
Durante el ejercicio, al no existir insulina depositada en el tejido subcutáneo, el riesgo de hipoglucemia también se reduce. Una mejor calidad de vida: considerando las características descritas, la bomba permite adaptar el tratamiento a cambios en el estilo de vida (horarios, dieta, viajes ...) y, por tanto, mejorar la calidad de vida.
Cuando con las diferentes pautas de tratamiento con dosis múltiples de insulina no se consigue un buen control metabólico, la posibilidad de utilizar una bomba convierte una buena alternativa.
Dentro de esta indicación genérica podemos incluir como usuarios preferenciales:

a. Mujeres con diabetes tipo 1 que planifican una gestación.
b. Personas con diabetes tipo 1 que presenten un "fenómeno del alba" muy marcado o hipoglucemias nocturnas muy frecuentes.
c. Personas con diabetes muy inestable, con episodios de hipoglucemias y hiperglucemias cuando se producen por cambios mínimos en la dosis de insulina.
d. Personas diabéticas que por su actividad profesional tienen horarios de trabajo muy diferentes de un día a otro, lo que hace que el tratamiento con dosis múltiples sea difícil de adaptar a su estilo de vida.

Inconvenientes y complicaciones de las bombas
a. Problemas en la piel, tales como alergias o infecciones, si no se siguen unas
normas higiénicas precisas.
b. Riesgos de descompensación cetòtica. Con las bombas no se crea ningún tipo de depósito subcutáneo de insulina, a diferencia lo que sucede con el tratamiento con dosis múltiples. Así pues, si la administración de insulina se ve interrumpida, puede darse más rápidamente una descompensación
metabólica por cetosis.
Para evitarlo, hay que seguir unas medidas muy sencillas: hacerse controles glucémicos es la única manera de saber si se está recibiendo la cantidad de insulina adecuada. En caso de hiperglucemia es básico mirar la acetona en la orina, ya que si ésta es positiva se debe actuar con más rapidez a la hora de administrarse insulina con la jeringa o pluma y consultar al equipo médico. Si la acetona es negativa se debe comprobar que el catéter esté bien insertado, que no haya burbujas dentro del tubo o que éste no esté obturado, y administrar una dosis de insulina en forma de cuenco extra para corregir la hiperglucemia.

c. Hipoglucemias: El hecho de administrar insulina de forma continua hace que las hipoglucemias sean menos bruscas y esto provoca que, a veces, puedan pasar desapercibidas o inadvertidas.
d. Costes: El coste de las bombas y del mantenimiento hace que se limite la recomendación y que en disminuya la aceptación por parte de los posibles usuarios. Sin embargo, existen mecanismos que facilitan la adquisición de la bomba y del material fungible necesario.