Administración segura de medicamentos

La Comisión Conjunta (TJC), una organización regida por una junta de 29 miembros de los comisionados que acredita y certifica más de 15.000 hospitales y La Organizaciones de salud en los Estados Unidos, tiene como misión, la asesoría a las  organizaciones sanitarias en la prestación de una atención de calidad a los pacientes.
El proceso de administración de medicamentos exige del establecimiento de normas y principios estrictos y especializados así como la utilización de la tecnología más avanzad siempre que las condiciones económicas lo permitan, con más razón si se trata en especial de las Unidades de Cuidados Intensivos en las que debe  exigirse un trabajo de equipo en el que deben intervenir diferentes disciplinas.
Este proceso se inicia por parte del facultativo  con la indicación de los medicamentos  necesarios para  la reanimación y recuperación del paciente. El segundo paso es la dispensación donde el papel protagónico corresponde al farmaceuta y  finalmente corresponde al profesional de enfermería  la preparación y administración y vigilancia  de los medicamentos

En el  2009 TJC Nacional de la Seguridad del Paciente presenta como objetivo número tres el mejoramiento de la seguridad en el uso de medicamentos, argumentando como ejemplo que si se encuentran dos medicamentos de ampolla oscura  con las mismas marcas y  colores y además con nombre similar, pueden generar errores de medicación en la etapa de dispensación y administración, pero también se observa que en otras etapas del proceso hay riesgo de ocurrencia de incidentes, como lo describe Pasto et al en su estudio de incidencia de error en los procesos de utilización del medicamento. Estos autores describen las fases de administración de medicamentos así:
·        adquisición
·        prescripción
·        dispensación
·        administración
·        supervisión.

La adquisición de medicamentos se delegó definitivamente en el farmacéutico, que se encarga, según los recursos económicos y las políticas vigentes, de  proveer a las instituciones de salud de este recurso. Este profesional debe estar actualizado debidamente de los medicamentos más usados en este caso en la Unidad de Cuidados Intensivos, las dosis adecuadas, horario adecuado, la ruta de administración y los diferentes tipos de reacciones adversas.
Por estas razones es necesaria la presencia permanente del Farmaceuta en las Unidades de Cuidados Intensivos para que pueda ser consultada su opinión en relación con los eventos adversos que puedan presentarse, así como dar respuesta de los mismos si estos están relacionados con la calidad del medicamento adquirido, su correcta administración y si ese evento se ha repetido en otros enfermos en fechas cercanas.

La prescripción parte de un acto médico, basado en el examen físico, la evaluación de antecedentes del paciente, su condición de salud actual y reconocimiento de alergias.
El facultativo debe tener el conocimiento de las características de los medicamentos prescritos, las dosis adecuadas y las formas de presentación y preparación para su administración pues es él quien transcribe en la Historia Clínica estas indicaciones. No debe olvidar, además, las condiciones del paciente, los antecedentes de reacciones alérgicas y eventos adversos en episodios anteriores de la enfermedad que presenta el paciente en el momento de su ingreso en la UCI. No son pocos los eventos adversos que se producen por una inadecuada prescripción. Todas las prescripciones deben ser escritas en la Historia Clínica pues no deben admitirse prescripciones verbales.

La dispensación comprende actividades de verificación de fechas de vencimiento de los medicamentos, verificar integridad de los empaques, almacenamiento adecuado y es un compromiso del farmacéutico. No está de más insistir en la necesidad de la presencia del farmaceuta en la Unidad.
La administración y supervisión están a cargo del personal de enfermería que recibe el medicamento, lo prepara, lo administra al paciente y monitoriza cualquier efecto indeseable que pueda presentar el enfermo. Aproximadamente el 40%  de los eventos adversos ocurren en esta fase.

El proceso además de ser complejo es multidisciplinario. Sólo cuando todos los elementos  funcionan bien, podemos esperar que el paciente tenga acceso a una atención segura.
Se han creado estrategias para intervenir en cada una de las fases del proceso donde se han identificado falencias, como la prescripción electrónica que elimina aquellas letras ilegibles, en la dispensación se encuentra sistemas de códigos de barras, en la administración la implementación de bombas inteligentes y todas estas alternativas han sido tema de investigación. Sin embargo, se mantiene la ocurrencia de reacciones adversas prevenibles por errores de medicación y son más frecuentes durante la prescripción, administración y supervisión.