Contactos de enfermos tuberculosos


El estudio de contactos (EC) tiene como objetivo descubrir, lo antes posible, la infección o la enfermedad tuberculosa en personas que han estado en relación, o sea que han compartido el mismo habitáculo y, por tanto, el mismo aire con una persona afectada de tuberculosis pulmonar. Desde que existen fármacos activos, tanto para el tratamiento de la enfermedad como para la prevención o tratamiento de la infección tuberculosa latente, los EC tienen un papel fundamental en el control de la tuberculosis. Los objetivos de la EC son:

1. Diagnosticar los infectados y los enfermos entre las personas relacionadas con un enfermo tuberculoso conocido.

2. A partir de un enfermo o un infectado, buscar y encontrar aquel caso contagioso que ha podido infectarlo, actividad que se conoce como investigación de la fuente de infección. Se denomina caso índice el enfermo tuberculoso a partir del cual se inicia la EC.

Los infectados que se diagnostiquen a raíz de un EC, en una gran mayoría, lo han sido recientemente, lo que supone un alto riesgo de desarrollar la enfermedad, por lo que está claramente indicada la QPS. Por otro lado, la investigación mediante la EC de enfermos entre los expuestos tiene una alta rentabilidad.

En la EC para la búsqueda de infectados y enfermos entre los expuestos al caso índice, hay que tener en cuenta:

1. La capacidad contagiando del caso índice. Esta capacidad está en relación con el número de bacilos en el esputo, la existencia de cavitación y de tos. La contagiosidad es máxima si la baciloscopia del esputo es positiva en el examen directo, la muestra se ha obtenido de manera espontánea, en la radiografía del tórax hay ha cavitaciones, el enfermo tiene tos y no ha comenzado el tratamiento.

De las formas extrapulmonares, la única contagiosa es la laríngea, casi siempre asociada a tuberculosis pulmonar activa. La contagiosidad es muy baja si la muestra de esputo, aun siendo positiva, se ha conseguido mediante aerosol o después de un lavado broncoalveolar.

Si la baciloscopia de esputo es negativa, aunque el cultivo sea positivo, la capacidad contagiando es escasa. Lo mismo ocurre si la baciloscopia positiva no lo es del esputo sino de otras muestras como las de la broncoaspiración o del lavado broncoalveolar.

Después de iniciar el tratamiento, si intervienen el H y la I, a las 2-3 semanas disminuye significativamente o desaparece la posibilidad de infectarse, aunque la baciloscopia del esputo continúe positiva. Si en la combinación medicamentosa no figuran estos dos medicamentos, la contagiosidad disminuirá en mejorar el enfermo, pero no desaparecerá hasta que se negativiza la baciloscopia del esputo.

2. La relación de los contactos con el caso índice. Según la intensidad de la relación, los contactos se pueden clasificar en:


Contactos frecuentes, cuando comparten diariamente un habitáculo (como más pequeño, más posibilidad de contagio) con el caso índice. Si la relación es superior a seis horas al día se llama contacto íntimo. También se consideran contactos frecuentes si la relación con el enfermo, sin ser diaria, es repetida y se da en lugares cerrados y pequeños. La relación con el caso índice se puede dar por: convivir en el mismo domicilio, compartir el mismo despacho en el trabajo, el aula en la escuela, el vestuario en el polideportivo o el transporte común a larga distancia. No son contactos estrechos los que trabajan en una misma nave industrial o realizan actividades en un pabellón deportivo, siempre que estén bien ventilados.

Contactos casuales y esporádicos, son aquellos que, a criterio del que hace la EC, no reúnen las condiciones mencionadas anteriormente. En estos contactos ocasionales el riesgo de infectarse es muy bajo, si bien ligeramente superior al de la población general.


3. Las condiciones ambientales del lugar donde se produjo el contacto. Para valorar mejor el riesgo de infección de la persona expuesta, hay que valorar el volumen del aire compartido con el caso índice, la ventilación y la recirculación del aire común. A menor volumen del aire compartido, poca ventilación y si, además, existe recirculación del aire, las probabilidades de transmisión aumentan y es mayor el riesgo de infección.