El tratamiento
farmacológico agudo se puede dividir en fármacos no específicos para las
migrañas y fármacos específicos. Para conseguir la máxima eficacia del
tratamiento es muy importante tomar la medicación en el momento en que se
detecta el inicio del episodio. Se ha demostrado clínicamente que los
analgésicos simples como la aspirina, solos o en combinación, y los
antiinflamatorios no esteroides (AINEs) son efectivos en el tratamiento agudo.
El uso de analgésicos
de tipo opiáceo, también muy eficaces, se debe restringir a causa de la
creación de dependencia. Los triptanes son los fármacos más selectivos y
específicos para el tratamiento agudo de la migraña que se utilizan
actualmente. Son agonistas selectivos de los receptores de serotonina de tipo
1B y 1D. Actúan constriñendo las arterias de las meninges a través de la
activación de los receptores 1B de las paredes vasculares.
También inhiben la
liberación de neurotransmisores y la transmisión nociceptiva mediante la
estimulación los receptores 1D en los nervios sensoriales trigeminales
centrales y periféricos. Pueden comportar algunos efectos secundarios
transitorios como mareos o problemas cognitivos.
Antes de los triptanes, la única medicación con acción vasoactiva ampliamente
utilizada eran los ergot y sus derivados como la ergotamina o la
dihidroergotamina. Tienen una farmacología compleja y debido a su efecto
relativamente no selectivo a nivel de receptores serotoninérgicos,
dopaminérgicos y adrenérgicos presentan múltiples efectos secundarios adversos
como la exacerbación de las náuseas y vómitos, dolor abdominal, parestesias, y
vasoconstricción coronaria y / o periférica. Se utilizan en aquellos pacientes
que no responden a triptanes, tienen la ventaja de ser más económicos, con
efecto más largo y baja tasa de recurrencia de la cefalea, pero deben
administrarse en combinación con antieméticos.