Los diversos tipos de drogas que
existen tienen diferentes efectos sobre nuestro sistema nervioso: unas son
excitantes y otras, depresoras; unas nos aceleran el funcionamiento mental, con
el riesgo de aumentar los errores, y otras la ralentizan o distorsionan;
algunas crean una sensación de euforia, otros producen alucinaciones o cambios
en la percepción de la realidad.
Todas ellas provocan
modificaciones en el funcionamiento normal del sistema nervioso humano, y ello
conlleva, en la mayoría de los casos, una disminución de las capacidades. Pero
también encontramos efectos sobre nuestro organismo y sobre las funciones
corporales.
Estos son los efectos inmediatos:
• El tabaco produce una disminución
de la capacidad pulmonar, disminución del rendimiento deportivo, disminución de
los sentidos del gusto y el olfato, mal aliento y mal olor corporal, color amarillento
de dedos y dientes (también más infecciones y caries), y tos y expectoraciones,
sobre todo matutinas.
• Los efectos principales del
alcohol varían según la concentración en la sangre, y pueden llegar, en los casos
más graves, a un coma etílico e incluso a la muerte por inhibición de los
centros respiratorios.
• El cannabis produce un aumento
del apetito, boca seca, ojos brillantes y rojizos, taquicardia e hipertensión,
sudoración, somnolencia y descoordinación de movimientos.
• La cocaína produce inhibición
del apetito, así como otros efectos fisiológicos: taquicardia, sudoración, incremento
de la tensión arterial, contracción de los vasos sanguíneos, aumento de la
temperatura corporal y dilatación de las pupilas.
• La heroína disminuye el dolor,
pero también produce náuseas y vómitos, inhibe el apetito y produce depresión
respiratoria.
• El éxtasis produce taquicardia,
arritmia e hipertensión, boca seca, sudoración, deshidratación, escalofríos, náuseas,
contracción de la mandíbula, temblores y aumento de la temperatura corporal.
• El LSD también produce
hipertermia e hipotensión, taquicardia y descoordinación motora. Estos son los
efectos a largo plazo:
• El tabaco causa enormes
perjuicios sobre el sistema respiratorio y circulatorio (infarto de miocardio y
accidentes cerebrovasculares). Es causa de una gran variedad de cánceres. No
sólo de pulmón, sino también de laringe, esófago, riñón, vejiga, etc. Además,
puede provocar impotencia sexual en el hombre.
• El alcohol provoca grandes daños en el tubo digestivo, hígado y páncreas, cardiopatías, impotencia sexual y, en fase avanzada, demencia alcohólica.
• El cannabis se asocia a
trastornos de la memoria, la concentración y el aprendizaje. A estos efectos hay
que sumar el riesgo inherente a fumarlo en asociación con el tabaco.
• La cocaína provoca, además de
una gran dependencia e importantes trastornos neurológicos y psiquiátricos, la
perforación del tabique nasal, patologías respiratorias, un elevado riesgo de
infarto de miocardio y de accidente cerebral, trastornos de inapetencia sexual,
impotencia, alteraciones menstruales e infertilidad.
• La heroína provoca trastornos
digestivos y adelgazamiento, así como la inhibición del impulso sexual. También,
todo tipo de infecciones relacionadas con las condiciones higiénicas con que se
consume, además de venas colapsadas y abscesos cutáneos. También se asocia con
artritis y otros problemas reumáticos.
• El éxtasis puede conllevar
hipertermia de graves consecuencias, deshidratación, insuficiencia renal y hepática,
hemorragias e infarto. Provoca también trastornos del sueño, ataques de pánico
y agresividad.
• El LSD puede provocar reacciones
psicóticas y de pánico, lo que popularmente se conoce como "un mal viaje
", con el riesgo de suicidio, así como flashbacks: la reaparición de
alucinaciones sin consumir.
Tomado de estudio de la Caixa,
Obra Social.