Control de glucemia previo al ejercicio

Según los valores del control de glucemia previa a la actividad, las estrategias a realizar serán diferentes:

- Glucemia inferior a 100 mg / dl: tomar un suplemento de unos 10-20g de hidratos de carbono antes de comenzar el ejercicio.
- Glucemia entre 100 y 250 mg / dl: se puede empezar el ejercicio con normalidad.
- Glucemia superior a 250 mg / dl: en este caso se debe comprobar la presencia de cuerpos cetónicos en la orina. Si la cetona es positiva se debe evitar o retrasar el ejercicio hasta que desaparezca la cetona en orina. Se recomienda inyectar insulina de acción rápida y volver a verificar la glucemia después de unas dos horas.

Para determinados tipos de ejercicio, es recomendable iniciar la actividad con unos valores de glucemia moderadamente elevados. Así es el caso de algunas competiciones atléticas de larga distancia o pruebas de ciclismo, ya que tienen un alto consumo de glucosa y es recomendable iniciar el ejercicio con valores cercanos a los 180-200mg/dl para evitar la hipoglucemia en los primeros minutos de actividad.
b) Conocer las características del ejercicio que se realiza.

- Tipo de ejercicio: los ejercicios de naturaleza aeróbica como caminar, correr, nadar, montar en bicicleta, patinaje o remo son los que tienen un mayor efecto hipoglucemiante. Por el contrario, aquellos ejercicios que tienen un componente anaeróbico como sprints, ejercicios de lucha u otras que incluyan levantamientos de pesas importantes pueden producir la estimulación adrenérgica y en consecuencia, podrían ser ligeramente hiperglucemiantes.
De igual manera, los ejercicios que se realizan bajo un ambiente de estrés emocional importante, como el deporte de competición, también podrían dar lugar a ciertos incrementos de glucemia, en algunos casos de forma significativa.
- Duración: a lo largo de los primeros 30'-90 minutos de ejercicio realizado a moderada-alta intensidad el glucógeno, muscular y hepático, se convierte en el principal combustible muscular. A partir de este momento, las reservas de glucógeno empiezan a vaciarse y entonces el músculo inicia el proceso de obtención de energía a partir de grasas de reserva.
- Intensidad: el glucógeno muscular es el combustible de elección de las células musculares cuando se realizan ejercicios de intensidad moderada o alta. A intensidades bajas, la fuente principal de energía son los ácidos grasos. Por lo tanto, al realizar ejercicios de baja intensidad, como pasear, el consumo de glucosa es muy bajo, teniendo poco efecto sobre los valores de glucemia.
En cambio, los ejercicios realizados a alta intensidad, como correr, tienen un alto consumo de glucosa y un importante impacto sobre los niveles de glucemia.
 
- Frecuencia: como ya se sabe, el efecto hipoglucemiante del ejercicio puede mantenerse hasta las 12-16 horas posteriores pero, además, este efecto se incrementa en duración e intensidad cuando se acumulan días consecutivos de práctica de ejercicio físico.
- Horario: es preciso tener en cuenta el momento del día en que se realiza el ejercicio pues esto implica diferentes niveles de insulina actuando y, por tanto, más o menos tendencia a desarrollar hipoglucemias a lo largo del ejercicio.

c) Disminuir la dosis de insulina previa al ejercicio.

En la mayoría de los casos, el ejercicio físico obliga a modificar la pauta de insulina habitual como medida necesaria para evitar la hipoglucemia. Esta es una de las complicaciones agudas más frecuentes asociada al ejercicio, y ya fue descrita desde las primeras insulinitzacions de pacientes con diabetis28. En este sentido hay que advertir que la hipoglucemia a lo largo del ejercicio es uno de los principales factores que dificultan la práctica de ejercicio físico, especialmente en niños y adolescentes.
La disminución de insulina previa al ejercicio no será necesaria en el caso de ejercicios de menos de 30 minutos de duración, pues en estos casos la hipoglucemia se podrá evitar solamente con un incremento del consumo de hidratos de carbono.

Ante la realización de ejercicios de una duración superior a 30 minutos se debe considerar la reducción de las dosis de insulina, siempre según la duración y la intensidad de cada ejercicio. Actualmente, pueden ser de poco ayuda algunas guías que, en este sentido, informan sobre la reducción de insulina por ejercicio, ya que se realizaron teniendo en cuenta pacientes tratados con insulinas humanas y no con análogos de corta y larga duración.