La fecundación In Vitro consiste
en fusionar óvulos y espermatozoides fuera del cuerpo de la mujer, en un medio
de cultivo para que se fecunden, para que de manera natural no pueden hacerlo
por una disfunción.
El primer paso es obtener los ovejitos
(óvulos) de la mujer. Normalmente una mujer desprende un óvulo en cada ciclo
ovárico pero para que produzca más de un óvulo unos días después del período le
administrarán fármacos. Cuando la ovulación se inminente agarran los óvulos por
un sistema de aspiración llamada punción folicular. Se realiza por vía vaginal
ya través de una aguja fina conectada a un sistema de presión negativa y con
ayuda de la guía ultrasónica o laparoscopia (unos aparatos que permiten ver la
cavidad abdominal y ver dónde están los óvulos) aspiran todos los folículos
obteniendo de esta manera los ovocitos. Desde la extracción de los ovejitos
hasta su inseminación suelen pasar unas 4-6 horas. Durante este tiempo los ovocitgos
se mantienen en cultivo. Luego se ponen en contacto con los espermatozoides de
la pareja o de un donante para que se realice la fecundación. Si el óvulo se
fecunda y se divide en 8 células se transfieren los embriones por vía vaginal. Normalmente
transfieren más de un embrión (es recomendable 3 embriones) para tener más
probabilidades de tener un embarazo y por eso muchas veces las gestaciones
múltiples son más frecuentes en FIV que en la concepción natural ya que pueden
sobrevivir todos los embriones.
Pero qué pasa si el óvulo cuando
está en contacto con los espermatozoides no se fecunda? Si no se fecunda, se
hace la microinyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) donde
seleccionan un espermatozoide móvil y el inyectan en el interior del óvulo. Si
hay fecundación, lo transfieren a la mujer