El contexto no tiene sólo que ver con la familia. Podemos diferenciar también el papel del entorno más externo, la cultura, la sociedad y la inmigración. En un estudio sobre el efecto de la inmigración en el estado emocional de los niños (Beng-Arlsan, Verhust, Vander Ende, Erol., 1997), se observa que los inmigrantes puntúan superior en el Child Behavior Checklist- CBCL (Achenbach y Edelbrock, 1983) en todas las escalas, en especial en ansiedad / depresión. Los niños suelen tener puntuaciones más altas en problemas de atención, conducta y agresividad, mientras que las niñas lo hacen en quejas somáticas, ansiedad / depresión y retraimiento. En cuanto a la edad, los niños más pequeños (preescolares) suelen mostrar una conducta más agresiva y externalizada.
Los mismos autores destacan el peso del efecto cultural. Se observa una sintomatología ansiosa / depresiva particularmente alta en inmigrantes magrebíes. En esta cultura, el hecho de potenciar la dependencia y la conformidad respecto al adulto y utilizar el castigo físico y la religión como métodos educativos, puede generar más angustia a los niños. (Beng-Arlsan et al. 1997). Parecería pues, que la cultura tendría un papel importante en la predisposición a padecer trastornos afectivos.
FUENTE:
ESTUDIO EPIDEMIOLÓGICO DE LA DEPRESIÓN MAYOR
EN NIÑOS DE 3-6 AÑOS. Ester Plan y Colomer. 2003